Ya hemos iniciado el año 2013. Una etapa que muchos auguran complicada en términos económicos y sociales. En ese sentido, el gobierno del presidente Danilo Medina inicia un año que se prevé difícil por situaciones tanto externas como internas que inciden directamente en nuestro país.
Es necesario esperar y observar con detenimiento el uso del Presupuesto Nacional estipulado para este año. El gobierno de Medina quiere caracterizarse por la austeridad, pero este concepto económico a veces resulta ser una quimera en países tan dados al dispendio del erario público, como el nuestro. Y luego de haberse aprobado en contra de todo un país, una reforma fiscal, se teme que las protestas nacionales a lo largo del 2012 continuarían en contra de las acciones gubernamentales que afectan a la población. Los dominicanos y dominicanas no piensan cruzarse de brazos, mientras los políticos se hacen los sordos y ciegos, y algunos se llenan los bolsillos.
En el Presupuesto está el énfasis en el sector educativo, la aprobación del 4% del PIB para la educación que todo un país se mantuvo pidiendo a gritos durante mucho tiempo y la creación de nuevas aulas. También se encuentra el Plan Nacional de Alfabetización. Un gran reto para el Presidente, que ojalá se cumpla.
Asimismo, otro de los objetivos a perseguir es la estabilidad macroeconómica, mantener el clima de inversión en el país y generar empleos. No obstante, el gobierno de Medina tiene la obligación de reducir el inmenso déficit fiscal y tratar de estabilizar los índices de deudas, aunque no hayan sido ellos los que engendraron este agujero negro, en la economía dominicana. Tienen la obligación de luchar por no parecerse a sus predecesores. La parte dura e indeseable de la reforma fiscal ya se siente en este mes. Por cierto, también es necesario mencionar la reforma del sector eléctrico. ¿Qué pasará con esto?
¿Tendremos solucionado el problema eterno de la energía o seguiremos esperando al “mesías” de la luz y pagando millones a los generadores privados de electricidad?
Por otra parte, es preciso que el Gobierno se concentre en garantizar de alguna manera la seguridad ciudadana. En este apartado, sobre la seguridad, urge que el Gobierno fomente la reforma de la Policía Nacional y que las autoridades del orden y del Ministerio Público trabajen de forma coordinada. Es un reclamo nacional de años por parte de los dominicanos, debido a que la Policía se caracteriza por reincidentes violaciones a los derechos humanos, por sus constantes atropellos a la ciudadanía y por oficiales metidos en escándalos delictivos. Urge un saneamiento. Mejorar es posible.
