Cuando somos bebés nuestra piel es suave, delicada y perfecta. Cuando alcanzamos la adolescencia la tez empieza a padecer los efectos de los cambios hormonales, algunas veces en la forma de acné.
Después de algún tiempo empezamos a ver el daño causado por el sol en nuestra piel, ya sea con manchas, pecas o decoloraciones y arrugas.
Algunas personas son afortunadas y su piel luce bella aún a los 60 años, pero como los genes son responsables de cómo nuestra piel envejece, no hay poción mágica que evite las arrugas, pero síhay cremas y procedimientos para posponerlas.
De acuerdo con la esteticista Clara Vásquez, con más de 20 años de experiencia, a medida que pasa el tiempo la piel se ve afectada por los estragos del medio ambiente y la falta de atención. “Nuestro estado general de salud también afecta nuestra piel, el estrés es muy nocivo y la depresión y la tristeza nos envejecen. La falta de vitaminas o el consumo excesivo de productos como el alcohol la cafeína y el tabaco también perjudican nuestro órgano más grande: la piel”, comenta.
La experta dice que teniendo un poquito de cuidado, sobre todo con el sol, podemos retardar la aparición de las arrugas y que mientras más jóvenes empezamos a prevenirlas, mejores resultados se podrán obtener.
Vázquez explica que las pieles deshidratadas además de lucir mal (porque se ven sin vida), causan daños pequeños acumulativos, como líneas de expresión, que con el paso del tiempo se convierten arrugas. Las pieles deshidratadas son más susceptibles al daño solar y a irritaciones causadas por cosméticos.
La piel se hidrata por dentro y por fuera, por lo que, según la experta, hay que tomar suficiente agua, evitar el abuso de la cafeína en cualquiera de sus formas: café, chocolate, té y sodas; controlar el consumo de bebidas alcohólicas y usar un buen hidratante según el tipo de piel.
La piel alrededor de los ojos y de los labios es más fina que la piel de otras partes del cuerpo, por lo que se requiere de una crema especial. El cuello también necesita hidratación al igual que el rostro.
En general, todo el cuerpo necesita una crema hidratante, pero las partes que están más expuestas al medio ambiente lo necesitan aun más, como las manos y el rostro. “A medida que envejecemos la piel reduce su capacidad de hidratación, por lo que tenemos que usar humectantes especiales y tener más cuidado con nuestra alimentación”, sugiere Vázquez.
La belleza se lleva por dentro
Asegúrate de tomar las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita. Las frutas frescas y las verduras proveen al organismo de valiosos nutrientes, por lo que es importante incluirlas en la dieta diaria. Una dieta sana también debe de incluir grasas saludables como el aceite de oliva.
El agua es el humectante más valioso que existe, la deshidratación se nota primero en la pie; lo recomendable es ingerir los ya mencionados ocho vasos de agua al día para una hidratación segura. Puedes usar los humectantes más caros, pero sin tomar agua no obtendrás resultados.
Cuidado Profesional
Según los especialistas, los faciales profesionales, además de ser beneficiosos para la piel son muy relajantes, además de que ayudan a limpiar la piel, y si el masaje se hace bien contribuye a mantener el tono facial, es decir a evitar la flacidez en el rostro.
Durante los faciales profesionales se pueden usar exfoliaciones profundas, que ayudan a regenerar la piel, y otros ingredientes activos que ayudan a desaparecer las arruguitas finas.
Los faciales, además, son un tratamiento muy relajante , por lo que reducen los niveles de estrés, causante del envejecimiento prematuro.