El árbol es un elemento decorativo, típico de la fiesta de Navidad. Se dice que es posible que el primer árbol navideño, como se conoce en la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad, comenzando así su difusión. A Finlandia llegó en 1800, mientras que a Inglaterra lo hizo en 1829, y en el Castillo de Windsor se vio por primera vez en 1841, de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, extendiéndose posteriormente a otros países europeos.
El árbol de Navidad es uno de los adornos más comunes en los hogares durante la temporada navideña. A pesar de que el árbol de pino natural puede ser muy agradable a la vista, muchas personas no tienen el tiempo para cuidarlo y evitar que se marchite antes de que termine la época; de ahí que poco a poco surgieron los árboles artificiales, que resultan mucho más cómodos y prácticos, puesto que se pueden plegar y guardar sin problemas, y adaptarse fácilmente a cualquier espacio. Incluso, muchos vienen decorados y solamente hay que ubicarlos en el lugar que se desee, eliminando la molestia y el estrés de decorar un árbol con cientos de detalles, para luego desarmarlo y guardar cada accesorio.
Los árboles pre alumbrados y decorados no sólo vienen con las luces conectadas, sino con los adornos también. Esta es la variedad más costosa, porque viene completa. Algunos de estos árboles vienen con un accesorio especial, por lo general una estrella. Los adornos utilizados son normalmente de plástico, irrompibles, ya que los de vidrio podrían quebrarse y terminar en la basura.
En la actualidad, también se ha popularizado el uso de árboles artificiales, de plástico y de otros materiales sintéticos. En nuestro país, en últimas décadas, se ha puesto de moda una amplia variedad de propuestas para sustituir al tradicional árbol, como los conos y las figuras de animales, elaborados con ramas de olivo, un árbol que suele tener muchas hojas pequeñas.
Mientras, los amantes de la artesanía y el reciclaje optan por elaborar su propio árbol, ya sea con botellas plásticas, corchos, e incluso papel.
La escogencia del tipo de árbol dependerá básicamente de tus gustos. Sin embargo, es importante tomar en cuenta las proporciones. Si vas a escoger un árbol artificial invierte en uno de buena calidad, que pueda durarte años.
En cuanto a los colores, el árbol también ha variado. Anteriormente, el único tono que se utilizaba era el verde fresco del pino natural. En la actualidad, la gama de colores es amplia, sobre todo en los árboles artificiales, pues hay verdes más vivos, otros con más tendencia al marrón, dorado, plateado, e incluso rojo. Además, en los últimos años se ha dado paso a diseños mucho más minimalistas y sencillos. A pesar de sus cambios y su evolución a través de los años, el árbol siguen siendo la estrella de la decoración navideña.
