La evolución de lo que comemos

Un dato para comenzar: tenemos los llamados colmillos porque en principio, el ser humano era eminentemente carnívoro -había que tener…

Un dato para comenzar: tenemos los llamados colmillos porque en principio, el ser humano era eminentemente carnívoro -había que tener herramientas para desgarrar y masticar la carne, que en aquel entonces no era tierna y suave como ahora-. Con el paso de los años, incorporamos otros elementos a nuestra dieta y luego de muchos, muchos años, la forma de estas piezas dentales no era una gran necesidad. Aún faltan muchos años de evolución para que cambie.

El acto de comer está íntimamente ligado a la cultura, «a través de la historia, ciertos tipos de alimentos están condicionados por un asunto, además de cultural, religioso; como el cerdo, mencionado en la biblia como impuro (levítico), apunta en el libro «antropología de la alimentación», escrito por Alícia Guidonet y Eduard Puig Vayreda. Es así como hemos leído que algunas comidas en civilizaciones antiguas eran eminentemente simbólicas y religiosas.

En otras, como en la antigua Roma, los banquetes eran desmedidos y terminaban en el acto de arquearse (vomitar) para volver a comer; gula. Con el paso del tiempo empezamos a pensar en lo que era necesario para el cuerpo, y luego de una revolución de dietas, en la salud.

Mi plato, la nueva pirámide

Su objetivo es presentar gráficamente los alimentos que debemos ingerir y la cantidad, atendiendo al lugar que éstos ocupan en ella.

Desde su presentación en 1992, por el departamento de agricultura de los Estados Unidos, fue el modelo a seguir adoptado por muchos países para una dieta realmente nutritiva, en la que los carbohidratos y fibras aparecen en el módulo inferior y las grasas saturadas, en la cúspide, por ejemplo. Sin embargo, las necesidades personales y particulares de cada individuo fueron influyendo en el «modelo perfecto» para una alimentación saludable. Pero además, no todos los países tenían la disponibilidad de ciertos alimentos y sobre todo aquellos donde se padece hambruna. Es así como el gráfico inicial ha recibido diversas variaciones e incluso, se ha adaptado para tipos de dietas como «la pirámide de la dieta mediterránea» o «la pirámide de la dieta vegetariana».

Según describe en su libro «Tofu», Martha Yamasaki, en 2001, el equipo de expertos en nutrición de Harvard eliminó todas las fallas del gráfico inicial -que no está acabando con la epidemia de obesidad- y creó la «Pirámide de alimentación sana», que según el boletín informativo publicado en el portal de la prestigiosa universidad, «está basada en los últimos avances científicos y no está afectada por los mensajes ni intereses comerciales de instituciones u organizaciones» (argumentos sobre la versión original creada en 1992).

Entonces, llegó Michelle Obama, actual Primera Dama de los EE.UU., y su campaña «MyPlate» (Mi plato), presentada a mediados de este año. Adiós al ícono de tres lados, Michelle ha dicho que era confusa, «se podía pensar que lo que estaba arriba era mejor que lo que estaba abajo», expuso. Además, un plato es el objeto en el que se come diariamente y es más fácil ver que la mitad de éste la deben ocupar las verduras. Más información en choosemyplate.gov.

Los primeros hombres

En principio, según las evidencias encontradas, cuando el primer homo desarrolló la facultad de fabricar herramientas, su consumo alimenticio era eminentemente de proteína de origen animal, lo que mejoraba su capacidad energética. Es decir, los primeros hombres fueron carroñeros, pero como explican los autores del libro «La alimentación y la nutrición a través de la historia», el hecho de que comieran carne no implica que abandonaran los frutos, semillas y otros alimentos de origen vegetal. Al final, los primeros hombres eran omnívoros. 

La llegada del fuego

El homus erectus, más inteligente, conquistó el fuego y con ello el arte de la cocina. Seguían siendo carnívoros; lobos, terneros, leopardos, bisontes y búfalos formaban parte de su dieta, sólo que ahora eran asados al fuego. «Puede que éstos fueran los primeros cocineros de la historia», apunta Ruth Fraile Huertas, en «Hamburguesa de mamut…»

Los esquimales «antiguos»

Estos, según Ruth Fraile, eran los humanos más cercanos a nuestra época y su dieta era muy parecida a la de los esquimales actuales. Los neanderthales vivían en las zonas más frías del planeta y las evidencias encontradas sugieren al igual que los anteriores, eran carnívoros y hasta practicaban el canibalismo.

H. Sapiens: el pensador

Con la sabiduría de las herramientas, el fuego, y una vida más organizada. La alimentación seguía siendo la caza y la pesca. El uso del cerebro le permitió a este hombre explorar, descubrir y, básicamente, «adueñarse de la tierra» desde otra perspectiva. Nuevos alimentos se irían sumando a la dieta, a partir de la unión de plantas y carne animal.

 

El hombre moderno y la industrialización de los alimentos

El hombre ya no tenía tiempo para comer. La vida se hizo rápida y el tiempo corto. Como solución, surgió la comida rápida o fast food. Dieta calificada por los expertos en nutrición como «comida chatarra» y la hacen responsable del problema actual de obesidad. Su llegada de alguna manera cambió la forma y el qué comían muchos individuos. Un artículo publicado en la revista científica The Lancet, en el mes de agosto, sugiere que a estos alimentos y a otros, pocos saludables, deberían de subirle los impuestos.

El buen comer

Mientras la época de los insectos está a la vuelta de la esquina, estamos todos de acuerdo que una dieta rica en verduras y proteínas es la mejor opción. En contraposición «al modelo industrial intensivo», nuevas opciones «más saludables» cobran notoriedad. Un ejemplo de los autores de La antropología de la comida, es la dieta mediterránea, calificada como una de las mejores.

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