De vivir, mi madre desaprobaría la celebración del fallecimiento de Fidel Castro por los cubanos de Miami. No por admirar a Castro, sino por su sistema de valores. Alegrarse de la muerte de alguien es moralmente cuestionable, pero el odio pudo más que moral y escrúpulos en este caso. Y bueno, Castro, se salvó de atentados que la CIA fraguó contra él, supuestamente centenares, pero no podía salvarse de la inexorable biología. Así, ha terminado la carrera vital de un personaje tanto odiado como admirado, líder histórico de una insólita revolución comunista en el mismo “patio” de Estados Unidos. En bien o mal, existió conforme esto de Napoleón: “La muerte es nada, pero vivir derrotado y vergonzoso es morir diariamente”. l
Fallecimiento
De vivir, mi madre desaprobaría la celebración del fallecimiento de Fidel Castro por los cubanos de Miami. No por admirar a Castro, sino por su sistema de valores. Alegrarse de la muerte de alguien es moralmente cuestionable, pero el odio pudo más̷