Mañana se abre la feria más importante del año en República Dominicana, la del libro, que ya en estos tiempos no es como lo conocíamos en el pasado. El libro, como obra, como creación del espíritu, de la imaginación, del conocimiento, en cualquier formato, será desde ya el centro de atención de miles de personas que necesariamente se movilizarán para participar en esa celebración que es además una fiesta y también, un escenario para el entretenimiento sano.
Por la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte pasarán autores y actores, artistas, músicos, intelectuales y todos aquellos que con sus ideas contribuyen al acervo cultural. La cita, como siempre, será una oportunidad para el alicaído sector editorial, que según publicaciones recientes en una de las cunas de las culturas mundiales, como Madrid, o aquí en Santo Domingo, el negocio, y especialmente la industria del libro de papel, ha venido perdiendo mercado, no sólo por la disminución de poder adquisitivo, sino por la competencia virtual.
De todas formas, los dominicanos estamos convocados a un espacio que nos hará ver la vida desde otra perspectiva, más allá de esa cotidianidad, que nos atenaza con diatribas fulminantes, voces agoreras, odios, resentimientos, resabios, insensateces, pasiones y gritos en un período que a veces conduce hasta el barbárico camino de la sangre.
Es un espacio para liberarse de esa opresión nada constructiva en que deviene aquello, y brinda la oportunidad de juntarnos con otras culturas, los visitantes de las islas, de Centroamérica y de otras latitudes, que pueden traernos otros aires de conocimiento, de sosiego, de fiesta, de amistad y de amor, que tanto necesitamos, ahora que aquellas pasiones ahondan tanto las diferencias.
Desde mañana hasta el seis de mayo, tendremos 130 librerías, 88 editoriales internacionales y más de 60 invitados especiales en la Plaza de la Cultura. Les damos la bienvenida. Con el mismo ánimo, saludamos que se honra la memoria de Enriquillo Sánchez, el vibrante poeta ido a destiempo. Éxitos.
