Quienes manejan la “cámara fotográfica” de los Estados Unidos, deben hacer un esfuerzo especial en corregir “algunas tomas” que lucen “totalmente desenfocadas”. Y más que los que manejan el lente fotográfico, debía verse reflejado en esas pifias, el presidente de esa nación, el distinguido Barack Obama, que con su llegada al poder despertó buenas expectativas en gran parte de la humanidad , que esperaban de él un hombre abierto, democrático y distinto, sobre todo a su antecesor.
Lo de la mira fuera de foco, viene por la forma en que Estados Unidos se ha manejado frente a dos temas cruciales para el mundo, como es “el levantamiento del embargo de Estados Unidos contra Cuba” y la aceptación de Palestina como un Estado soberano. En ambos casos, Norteamérica, y con ella su presidente, no se ha puesto a tono con el resto de la humanidad.
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En el caso del embargo a Cuba, la humanidad, representada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), votó 186 a que se levante esta disposición, contra sólo dos votos (Estado Unidos e Israel) para que se mantenga este bloqueo. Y, en lo relativo a solicitud de que Palestina sea miembro pleno de la UNESCO, el mundo votó 107 a favor y sólo 14 en contra, entre ellos Estados Unidos.
Son dos temas sensibles sobre los cuales la jerarquía norteamericana debía pensar. Para los cubanos significan más de 50 años de daños económicos, que según cifras oficiales, ya sobrepasan los 975 mil millones de dólares.
Y para Palestina, su apartheid la viene sacrificando desde el 1948. En ambos casos, Obama debía “poner su oído en el corazón del Mundo” y darse cuenta que muchas cosas han cambiado, y que mantener esas dos empobrecidas naciones bajo el “desenfoco de su cámara”, hace más mal que bien a toda la humanidad. Es mejor “ajustar el foco” para preservar el fotógrafo.
