Fútbol preventivo

A las cinco de cada tarde, el tránsito se hace pesado en la avenida Nicolás de Ovando, principal arteria de Cristo Rey, un barrio que bulle entre comercios, delincuencia y promiscuidad. Sin embargo, un viejo play se erige como el bastión de la prevenci

A las cinco de cada tarde, el tránsito se hace pesado en la avenida Nicolás de Ovando, principal arteria de Cristo Rey, un barrio que bulle entre comercios, delincuencia y promiscuidad. Sin embargo, un viejo play se erige como el bastión de la prevención.

Conocido como el “Chivo Stadium”, el local de la Escuela Salesiana de Futbol es un terreno híbrido para béisbol y balompié cuya alta pared verde le da un aire de fortaleza anti vicios, el rincón al que llegan los menores que buscan recreación, sin saber que en muchos casos encontrarán la orientación que falta en muchas familias disfuncionales del sector, un oficio, o una vocación.

“Usamos el fútbol para que vengan, pero lo que queremos es conocerlos, orientarlos y buscar vías para que puedan progresar aprendiendo un oficio”, explicó Frank García, director de la escuela, apéndice de la Parroquia del popular sector. Las edades de los niños, alrededor de 60 cada tarde, ronda entre los cinco y los 16 años.  Cuatro entrenadores se ocupan de dividirlo por rango de edad en igual número de equipos y el festival de balones al aire y a ras de la grama comienza con unos calentamientos con categoría de espectáculo.

El programa incluye formación cristiana mediante catequesis, la cual se imparte martes y jueves, y para los más grandes, se imparten cursos vía Infotep, los cuales benefician adolescentes y jóvenes adultos con necesidad de educación continuada o capacitación para el mercado laboral.

García explicó que los niños proceden en su mayoría de familias marginadas. “Viven en precariedad. Nosotros los trabajamos vía expedientes con visitas a los padres y seguimiento escolar”, apuntó. La parroquia cuenta con un espacio de sala de tarea para fines de reforzamiento escolar. “Si juegan aquí, las cosas no paran con el fútbol. Se debe estudiar y lo ayudamos a que lo hagan, según su situación”, puntualizó García, quien es un estudiante de comunicación social en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA).

La de Cristo Rey es una de cuatro Escuelas Salesiana que existen en el país. Las otras están ubicadas en los oratorios de Mao, La Vega y Jarabacoa.

En todas las dependencias educativas salesianas se practican distintas disciplinas, aunque no sea en este formato de las escuelas de fútbol, y sus aportes al deporte nacional son innegables.

El terreno que alberga la Escuela Salesiana de Cristo Rey estuvo dedicado en el pasado a la crianza de chivos y de ahí nace el mote. En ese entonces los animales y deportistas compartían el espacio que no tenía la pared de hoy.  “De aquí han salido muchos jugadores de béisbol y fútbol, ese play se usa desde hace más de 30 años, pero con el concepto de escuela tiene unos diez años”. Los futbolistas toman el terreno a las cinco de la tarde, luego de que varios programas terminan de trabajar con prospectos del béisbol.

Vladimir Martínez: un goleador especial

Cristo Rey está lleno de historias. Una de ellas es la Vladimir Martínez, jugador y entrenador de 21 años, quien perdió su brazo derecho en la niñez. Este coloso de la voluntad, recientemente terminó como líder goleador del torneo del Distrito Nacional en la segunda división.

“El brazo me hace falta para el equilibrio y hasta para desmarcarme de los defensores, pero de todas maneras cumplo mi rol en la cancha y sé que puedo jugar de tú a tú contra los demás”, expresó Martínez, dueño de una sonrisa que brinda cada tarde a los niños más pequeños, a los que prefiere entrenar.

“Ellos necesitan más trabajo, pero no tienen ninguna queja y por eso es fácil trabajar con ellos”, dijo este crack, a quien le cayó un cable del tendido eléctrico cuando tenía siete años.

Los “niños de Vladimir” muestran una habilidad especial en el manejo del balón. “Me toca enseñar lo básico. Ellos captan todo bastante rápido, me hacen disfrutar esto”, explicó.

Martínez cursa el segundo de bachillerato en el Liceo Ulises Francisco Espaillat, pero su vida es el fútbol. “Quiero jugar en primera división. Me gustaría mostrar lo bueno que soy en el máximo nivel”, proclamó.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas