Gasolina en tiempos electorales

A principios del año 2000, la campaña electoral de las elecciones que tendrían lugar el 16 de mayo, entraba en calor. Los precios del petróleo y sus derivados comenzaban a subir aceleradamente.

A principios del año 2000, la campaña electoral de las elecciones que tendrían lugar el 16 de mayo, entraba en calor. Los precios del petróleo y sus derivados comenzaban a subir aceleradamente. El precio “spot” FOB del galón de gasolina regular en el Golfo de los Estados Unidos, según registra el U.S. Energy Information Administration, el 4 de enero del 2000 era de US$0.639 y había subido a US$0.936 el 9 de mayo de ese año, para un aumento de 46.5%.

En aquellos días el país  no tenía una ley de impuesto al consumo de combustibles.

Lo que operaba era el mecanismo del diferencial del petróleo: se fijaba un precio de venta mayor al costo de la gasolina importada y la diferencia operaba como un “impuesto”. Si por alguna razón no se ajustaba el precio de venta al público de la gasolina cuando los precios internacionales subían, el diferencial o “impuesto” se reducía.

El presidente Leonel Fernández entendía que si traspasaba los aumentos de los precios del petróleo y la gasolina que estaban teniendo lugar en el mercado internacional a los precios locales, él terminaría pagando un costo político muy alto.  El Gobierno no ajustó los precios, provocando una caída dramática de los ingresos por el diferencial del petróleo y un aumento considerable en el déficit fiscal.

Unas semanas después de asumir, Hipólito Mejía toma la decisión de enviar al Congreso un proyecto de ley que creaba un impuesto al consumo de los derivados del petróleo, que sustituiría el sistema poco transparente del diferencial del petróleo y despolitizaría la determinación de los precios de los combustibles.

El 29 de noviembre del 2000 la Ley 112-00 fue promulgada. En su Artículo 8 establece que: “ La Secretaría de Estado de Industria y Comercio establecerá, mediante resoluciones que dictará al efecto semanalmente, los precios de venta al público que regirán para los combustibles referidos en la tabla 1 del artículo 1 de esta ley. Estos precios habrán de reflejar, con actualizaciones semanales, los precios de los combustibles en el mercado internacional, y la tasa de cambio suministrada por el Banco Central de la República Dominicana.

Dichas resoluciones serán publicadas semanalmente en diarios de circulación nacional y deberán desglosar los elementos que componen el precio de venta al público de cada combustible, incluyendo el impuesto al consumo”.

Con esta medida, se pensaba, el país dejaba atrás un conjunto de traumas políticos cada vez que los aumentos de precios de los combustibles en el mercado internacional requerían de traspasos a los precios de venta al público de la gasolina y los demás derivados del petróleo.

Durante la administración del presidente Hipólito Mejía, los ajustes se realizaban semanalmente, de acuerdo a los mecanismos de ajustes establecidos en la Ley y los parámetros fijados en el Reglamento de la misma.

Cuando el presidente Fernández retorna a la presidencia el 16 de agosto del 2004, durante la mayor parte de su período los ajustes semanales de precios reflejaban el comportamiento de los precios de los derivados del petróleo en el mercado internacional. El presidente Fernández decidió optar por un nuevo período. Aparentemente convencido de que a su proyecto reeleccionista no le convenía traspasar todo el aumento de los precios de los derivados del petróleo en el mercado internacional, se inició un proceso de manipulación de los precios de venta al público.

El precio FOB spot de la gasolina regular en el Golfo de los EE UU que era de US$2.405 el martes 8 de enero del 2008, comenzó a subir, llegando a US$3.107 el 13 de mayo del 2008, para un aumento de 70.2 centavos de dólar. Sin tomar en cuenta el ajuste del impuesto denominado en pesos por galón por la inflación acumulada en el trimestre anterior, el precio de la gasolina regular debió subir de RD$159.70 en la semana del 5 al 11 de enero a RD$183.79 durante la semana de las elecciones.

Sin embargo, el aumento fue limitado, quedando el precio en RD$176.10 durante las tres semanas previas a las elecciones. La Ley 112-00 fue violada, pero como la misma no establece penalidades para los funcionarios que la violen, nada pasó.  Al no traspasar completamente los aumentos de los precios en el mercado internacional, se acumuló una deuda con Refidomsa que tuvo que ser pagada después de las elecciones.

De nuevo estamos en tiempos de elecciones y la historia se repite. En las gráficas que acompañan a este artículo se puede advertir que desde finales del mes de diciembre del 2011, el Gobierno comenzó a manipular los precios de venta de la gasolina, pues el aumento de los precios de la gasolina en el mercado internacional ha sido mucho más acelerado que el del precio de venta en el país.

La prueba más contundente de lo anterior es que mientras durante la semana del 3 al 9 de septiembre del 2011, con una tasa de cambio de RD$38.22 y con un precio FOB en el Golfo de US$2.890 el galón, el precio de venta aquí era de RD$219.00, durante la semana del 4 al 10 de febrero del 2012, con una tasa de cambio de RD$39.02, con un precio FOB en el Golfo de US$2.874 (casi idéntico), el precio de venta aquí es de RD$209.00, diez pesos menos que el del 3-9 de septiembre y 13 pesos menos que el precio si se cumpliese la Ley 112-00, a la cual, definitivamente, le faltan dientes.

Nada, después de las elecciones, vendrá el ajuste para pagar la deuda que se está acumulando con Refidomsa. Mientras tanto, para evitar costos políticos, la gasolina se vende hoy a precio de campaña.

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