El largo paréntesis entre los partidos de la final de la Conferencia del Este podría beneficiar a los Pacers, cuyo astro Paul George fue diagnosticado con una conmoción cerebral.Eso lo obliga a seguir el protocolo de la NBA antes de poder regresar a jugar en la serie ante el Heat de Miami.
No está claro cuándo pueda volver a las prácticas o si jugará la noche del sábado ante Miami en el tercer partido de la serie, que está empatada a un triunfo por bando.
Lo que pudiera ser visto como un extraño receso de tres días completos hasta el siguiente juego, es probablemente un alivio para los Pacers. Indiana no necesita únicamente que den de alta a George, sino que también tiene entre algodones a algunos de sus titulares como Lance Stephenson, Roy Hibbert y David West.
George se lastimó en un choque con el escolta del Heat, Dwyane Wade, en el último cuarto del segundo partido de la serie. “George no mostró síntomas de una conmoción y, en relación a las preguntas del cuerpo médico de los Pacers, negó mareo, náusea o problemas con su visión”, dijeron los Pacers ayer.
“También estuvo activo y consciente de lo que lo rodeaba. Como resultado, el cuerpo médico de Indiana, no tuvo sospechas de una conmoción cerebral”.
Ambos jugadores quedaron tendidos, luego fueron a sus respectivas bancas brevemente y regresaron a la duela después del tiempo que se solicitó. Luego del partido, George declaró a los reporteros que se desmayó y tuvo visión borrosa, algo que el entrenador del equipo, Frank Vogel, y los médicos de los Pacers no sabían en ese momento. “Este caso ilustra que la evaluación de una conmoción es un proceso en evolución y los síntomas de una lesión no siempre se presentan de inmediato”, dijo el director del programa de conmoción de la NBA, el doctor Jeffrey Kutcher, quien se encargará discutir el retorno de George.
