Muchas de las estrellas que prestaron sus voces para la primera repiten -Elijah Wood, Robin Williams, Hugo Weaving- aunque no podían faltar nuevos talentos para la segunda entrega, con nombre llamativos como Brad Pitt, Matt Damon y la colombiana Sofía Vergara en el papel de Carmen.
Wood sigue llevando el peso de la cinta poniendo su voz al personaje Mumble, el pingüino que en esta ocasión tiene un problema: su hijo Erik, que es reacio a bailar, se topa con el poderoso Sven, un pingüino que puede volar y con el que ve difícil competir.
Pero las cosas se ponen peores cuando su mundo se ve sacudido por fuerzas poderosas, lo que obliga a Mumble a unir a todas las naciones de pingüinos, además de una comunidad de fabulosas criaturas como el pequeño Krill, hasta elefantes marinos gigantes, con el fin de devolver todo a su orden natural.
Es un guión en el que además de Miller han trabajado Gary Eck, Warren Coleman y Paul Livington, ese equipo lo concibió con las tres dimensiones en mente y con la idea de sacarle más partido que nunca al proyecto en una taquilla receptiva a la tecnología de buena calidad. Ayuda y mucho la belleza natural del escenario, que no es otro que la gélida Antártida, y tampoco falta el factor musical que tanta exposición dio a la cinta. En esta ocasión, la banda sonora es obra de John Powell y con la voz de la cantante Pink, autora de grandes éxitos como «Get the Party Started» y «Who Knew».
Con todo ese mundo de atractivos, la Warner Brothers espera alcanzar un alto nivel en taquilla, preparados para volverle a sacar jugo a toda la parafernalia del «merchandising». Incluso ya está listo el video juego de la película, desarrollado por KMM Games. También existen varios libros a la venta basados en «Happy Feet Two», con la idea de que los simpáticos pingüinos se convierten en una saga de largo recorrido.
El objetivo, además de entretener, es cubrir ampliamente los 130 millones de dólares invertidos en esta cinta. Es más que probable que lo consiga, siempre y cuando el final de la saga «Crepúsculo» no le amargue la existencia y la transformé en una película secundaria.
