De la noche a la mañana, un día después del pasado 27 de Febrero, cierta gente ha descubierto que la seguridad jurídica para la inversión corre peligro. La inquietud coincide con el discurso del presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, en el que planteó la impostergable necesidad de llegar a un nuevo acuerdo con la Barrick Gold.
Como se ha hecho ese hallazgo, sería bueno refrescar la memoria de quienes ahora ven en riesgo el clima para hacer negocios. Cuando el presidente Medina empezó a hablar sobre el contrato con la minera, lo primero que dijo fue lo siguiente: “Nuestro gobierno tiene un firme compromiso con el principio de seguridad jurídica para la inversión. Soy fiel creyente en la sana inversión extranjera para estimular el crecimiento del ingreso, el empleo, la reducción de la pobreza y la generación de divisas…”
Con esas palabras despejó cualquier duda, y así lo entendieron los embajadores de Estados Unidos y Canadá, que favorecieron un diálogo entre Barrick y el gobierno nacional. En ningún momento dieron la impresión de que se ciernen amenazas sobre el clima de inversión.
Pero el Conep, en vez de saludar que el presidente de la Nación plantee la necesidad de dialogar con la minera para llegar a un nuevo acuerdo, está inquieto porque se envíen señales que puedan afectar la imagen dominicana como destino de inversión.
De acuerdo con las revelaciones del Presidente, desde el mismo 16 de agosto, una comisión oficial de alto nivel ha tratado, en “decenas de reuniones”, de convencer a la empresa sobre la necesidad de hacer las correcciones al esquema actual de distribución de los ingresos, entre la empresa y el Estado.
Lo esencial es que la Barrick se llevará demasiado con el actual esquema. Y eso no es justo. Lo que se pide es un diálogo serio. La Barrick tiene todo el respeto y la consideración de los dominicanos, pero los dominicanos requieren una mejor consideración de la Barrick. Ese es el punto. No hay ninguna amenaza para la inversión y eso lo sabe el Conep.
