“Un padre bueno siempre se recuerda”, reafirma Rosario Tejeda, que aunque tiene a su progenitor con vida acudió al cementerio nacional, en la avenida Máximo Gómez, para acompañar a su vecina Juana.
La venta de velones, velas y flores aumentó en los alrededores de ese camposanto. Desde tempranas horas de la mañana empezaron a llegar los hijos que querían honrar la memoria de su padre con una oración o con el gesto de visitar su tumba.
Algunos se quejaban de que no había agua para llenar los floreros o limpiar el entorno y que la administración del cementerio solo acondicionó la entrada.
En el cementerio Las Flores, de Cristo Rey, las quejas de los visitantes eran similares. Allí también se notó una mayor afluencia de personas que, por su cuenta, quitaban la maleza y arreglaban los panteones.
La figura del padre fue distinguida en diferentes escenarios. Restaurantes se notaron al mediodía llenos de personas que optaron por celebrar con un almuerzo fuera de la casa.
Otros prefirieron la comida casera, como en el hogar de María Altagracia Santana, en el sector 24 de Abril, donde se reunió la familia para agazajar a su esposo Federico Tejada con un almuerzo. “Tenemos 44 años juntos. Es un padre ejemplar por eso se merece todos los regalos que podamos darle”, apunta.
Ayer fue un día en el que se escuchaban todo tipo de elogios para los papás que se han esforzado por acompañar a sus hijos en su crecimiento. Esta celebración reactiva el comercio de manera significativa. Las tiendas de la avenida Duarte extendieron su horario de labores dos horas para dar oportunidad a sus clientes de comprar sus regalos.
El gerente de la tienda Plaza Lama, Luis Thevenin, explicó que la mercancía de mayor demanda era ropa, calzados y bebidas alcohólicas. A diferencia del Día de las Madres, subrayó, cuando tienen mucha salida los electrodomésticos y enseres del hogar.
