La hora de los policías

Los policías, tan repudiados en el pasado tenebroso aquel, y más recientemente, cuando se veían envueltos en hechos horrorosos o crímenes comunes, encuentran solidaridad en todos los litorales.

Los policías, tan repudiados en el pasado tenebroso aquel, y más recientemente, cuando se veían envueltos en hechos horrorosos o crímenes comunes, encuentran solidaridad en todos los litorales.Un movimiento de familiares y amigos, defensores de los derechos humanos y hasta políticos que se suben al carro solidario que arrastra a los policías de abajo.

No está malo. Es bueno que la sociedad pase del estadio de repudio a la solidaridad y hasta a la conmiseración. Porque la mayoría de los policías es gente buena.

Pero la institución tiene muchos bandidos. Gente que salen con la misión de prevenir el crimen y terminan cometiéndolos. Esos a cargo de registros improvisados en determinados lugares son un azote y a veces hasta un terror. Detienen a las personas en vehículos con cualquier pretexto. Se acercan con cara de bestia y dicen: Por allí secuestraron a una persona y huyeron en un vehículo lujoso como ese. Y por ahí se van. Esos policías, no se merecen más que la expulsión.

Sabemos muy bien que hay muchos desencantos internos. Que ningún policía decente puede vivir con el salario que recibe. Esa realidad suele utilizarse como pretexto para justificar los ilícitos, pero eso es inaceptable. El que está en la policía y entiende que la otra vía es el crimen, el robo o la extorsión, que salga.

Ahora, los buenos y mansos policías requieren la solidaridad.

El gobierno, y se asume que lo contempla en el proyecto de presupuesto de 2017 que reposa en el Congreso, tiene que disponer ajustes salariales en favor de esos uniformados. Como ellos, igual, la mayoría de los servidores públicos.

El ambiente es favorable. Ayer el procurador de la República Alain Rodríguez se pronunció en favor de esa mejoría salarial. El martes lo hizo la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández. Pero mucho antes el presidente Danilo Medina declaró que nadie puede vivir con el salario mínimo que conocemos.

En fin, que la justicia salarial tiene que aparecer en los cuarteles. Es la hora de los policías. Pero no es prestándose a los juegos politiqueros oportunistas.

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