A Horacio Ornes Heded, en memoria

Horacito: casi alcanzando los 62 años, con mil proyectos entre el alma y el corazón, siempre lleno de inquietudes para potenciar capacidades…

Horacito: casi alcanzando los 62 años, con mil proyectos entre el alma y el corazón, siempre lleno de inquietudes para potenciar capacidades de hombres y mujeres de las áreas olvidadas de nuestro país, El Señor te llama el pasado sábado 15, con inescrutables fines para sus propósitos y planes divinos.

Tu amada Sosúa, lugar testigo de tantísimas satisfacciones personales, sitio de encuentro de parientes y amigos, es donde abandonas tu forma material, para usar el nuevo ropaje de luz, reservado a los de espíritu de entrega. Para los que compartimos contigo algún espacio de esa fructífera vida, se hace difícil entender el precipitado viaje hacia el Padre Celestial.

Corrían por tus venas la sangre del heroísmo de tu padre, de quien heredaste el Horacio Julio y el apellido, la gallardía, la conciencia social y el arrojo heroico; figura cimera en las iniciativas de Cayo Confites y Luperón, aventuras liberatorias armadas, contra Trujillo.

También la de tu tío Germán Ornes, legendario director de El Caribe y rígido formador de periodistas. De tus propias batallas en el desarrollo del hombre, la mujer y la infancia, quedan variados ejemplos.

Fundador, junto a un numeroso grupo de visión de largo plazo, de la Junta Agroempresarial Dominicana; creador, impulsor y razón de ser de la Fundación Para el Desarrollo Comunitario con su fructífera labor en la frontera y finalmente Save The Children Dominicana, filial de la organización de más vieja data en defensa de los derechos de la niñez. 

Tu posición de director ejecutivo, meramente un espacio requerido en organigramas, porque en esencia eras el dinamo que movía iniciativas con tu liderazgo, carisma, honestidad, paciencia hasta para necedades cercanas, comprensión e identificación para ese ejército de personas que tuvo el privilegio de tenerte como jefe.

Quédate con la satisfacción de que supiste sortear los más espinosos escollos, las más difíciles pruebas y salir airoso . Te atreviste a ser honesto y a exigirlo de todos los que te rodeaban y supiste, con dolor, reprender a los que se desviaron de esa ruta de vida.

Dejas una obra en marcha, infinidad de proyectos y planes, pero más que nada dejas sembrada en infinidad de personas de escasos recursos, pero ricos en dignidad y ánimos de progreso, la esperanza motivante de que se puede y que los acueductos, el secado de frutas, las estufas Lorena, la educación, el fomento a la microempresa, la conservación de suelos, las iniciativas de salud, las de capacitación y la tecnología apropiada, en la frontera, en los bateyes y en toda la geografía nacional, son tu epitafio. Te extrañaremos Horacito, te echaremos de menos pero serás la chispa impulsora que motive a muchos otros a multiplicar tu ejemplo, en la búsqueda de un país mejor. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas