El rechazo al aborto, el derecho a la mujer a decidir y la no discriminación para la comunidad LGTB fueron de las ideas que se restregaron en el diálogo de la sociedad civil con la OEA. Ayer, representantes de grupos sociales, entre ellos jóvenes, trabajadores, discapacitados, y sector privado, celebraron un diálogo con jefes de delegaciones de los países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y su secretario Luis Almagro.
Y allí exigieron de los gobiernos reivindicaciones como la integración definitiva de Cuba a ese organismo, fondos para el registro civil dominicano, la garantía de derechos de los indígenas y justicia en la muerte de la reconocida ecologista Bertha Cáceres, en marzo pasado.
Las ideas que más encendieron los ánimos aquí – le valieron un sermón del canciller Andrés Navarro – estaban dirigidas a los grupos que defienden la diversidad sexual, el derecho a la mujer a abortar y, por otro lado, quienes rechazan la unión de personas del mismo sexo.
La primera en hablar de estos temas fue la transexual hondureña Gabriela Redondo, quien pidió garantía de derechos de este grupo y la “estabilización de las relaciones entre personas del mismo sexo”.
Jean Marco Pumarol, el más joven de los expositores, habló en nombre de la familia. Él argumentó que el acceso a los servicios de salud, la atención del embarazo “y la prohibición total del aborto son las mejores soluciones” a la mortalidad materna. También resaltó que la familia tiene su fundamento en la unión de un hombre y una mujer. “La OEA no tiene facultades para redefinir la familia”, resaltó.
Y dos turnos más tarde habló Samantha Goris, quien reconoció el derecho a la protección del ser humano desde el vientre de la madre. Pero recordó las otras perspectivas sujetas en instrumentos internacionales que dan reconocimiento a la autonomía de las mujeres y “que exige la protección del aborto legal y seguro”. “La mejor forma de proteger el valor de la vida desde la concepción es proteger el derecho a la vida y la integridad de las mujeres”, declaró Goris.
Estas intervenciones y el panorama movieron al canciller Navarro, quien servía de moderador, a exigir respeto en el espacio. “Tenemos que tener capacidad de tolerar las ideas diferentes… No puede ser que se expongan a nosotros, representantes de Gobierno, como personas que no tienen posibilidad de diálogo en ideas encontradas”, reclamó.
Este encuentro de la OEA con la sociedad se realizó en la mañana en Cancillería, antes de la inauguración oficial de la 46 Asamblea de la OEA.
Venezuela rechaza intervención disfrazada
Adolfo Flores, un venezolano que habló por los jóvenes, pidió en este escenario un “canal humanitario” para paliar la falta de medicinas en su tierra. La respuesta más rápida también la tuvo, por parte del representante del Gobierno de Venezuela durante el diálogo: “Lo que sí rechazamos es aquellos que pretenden utilizar esta situación humanitaria (de Venezuela) como para generar una suerte de esquema que permite la intervención como país”.
