La quiebra de la Kodak reconfirma que contemporáneamente lo único cierto en materia laboral es la incertidumbre.
En los países prósperos la seguridad del empleo parece un valor de la era industrial que la edad del conocimiento extingue. El ritmo vertiginoso de la tecnología induce muchos cambios en las sociedades, uno –negativo-, el desempleo.
En nuestro politizado país la política es un recurso mediante el cual se persiguen empleos pero la inseguridad persiste: cambios de gobierno, el mayor empleador, son puestos de trabajo para ganadores y desocupación para perdedores.
Pertenecemos a una época para permanentemente preguntarse ¿Y qué vendrá ahora?, sin saber a qué atenerse. Es un entorno que fuerza a trabajadores y profesionales a reinventarse para sobrevivir.
Claudia Fernández Lerebours
[email protected]
Periodista
