Y el resultado de todo ese proceso ha sido drástico: no volverá a conceder entrevistas ni ofrecer ruedas de prensa. Al menos, así lo dio a conocer mediante un escueto comunicado, donde dio detalles y explicó las razones que le llevaron a tomar la determinación tajante.
«Debido a esas serias acusaciones me he dado cuenta de que no estoy capacitado para expresarme de manera inequívoca y he decidido desde hoy abstenerme de realizar ninguna declaración pública o entrevista», concluye el comunicado del cineasta de 55 años.
«¿Qué puedo decir? Entiendo a Hitler. Creo que hizo algunas cosas malas, sí absolutamente, pero puedo verle sentado en su búnker al final (…). Creo que entiendo al hombre. No es lo que llamarías un buen tipo, pero entiendo muchas cosas de él y simpatizo con él un poquito», fue la declaración de la discordia y por la que fue declarado persona non grata en Cannes, inclusive.
A pesar de que más tarde pidió perdón público, dice la agencia Europa Press, y se esforzó en decir por activa y por pasiva que todo era una broma desafortunada, las autoridades galas no decidieron archivar el caso y el fiscal sigue adelante con la investigación en la que Von Trier se enfrenta a cargos por violar las leyes francesa que prohíben la apología de los crímenes de guerra.
Antes de sus declaraciones, Von Trier previamente ganó la Palma de Oro y era uno de los favoritos en Cannes, pero tras pronunciar aquellas palabras los organizadores decidieron prohibirle la entrada y su filme de una apocalíptica visión del fin del mundo fue cálidamente recibido por los críticos.
Sin embargo, aunque el cineasta no hable más con la prensa, gracias a su trabajo seguirá siendo tema de la prensa. Su filme Melancholia fue la más aplaudida en el Festival de Cine de Sitges, donde se ha presentado en la sección oficial Panorama. Allí los criticos la catalogaron como «una de las cintas del año», por su impresionante forma de mostrar un drama familiar articulado en dos actos que narra la relación entre dos hermanas (interpretadas por Kristen Dunst y Charlotte Gainsbourgh) e incide en los problemas existenciales con un fin de mundo de fondo que iguala clases sociales.
