Los ciudadanos Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández recibieron ayer los certificados de la Junta Central Electoral (JCE) que oficializan su elección como presidente y vicepresidente de la República.
La acreditación es la materialización de la libérrima expresión de la voluntad popular durante las elecciones del pasado 20 de mayo. Ya organismos, gobiernos y gobernantes como los presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica y Brasil, Venezuela y Colombia, para citar sólo algunos, han felicitado al nuevo presidente. Barack Obama se comunicó con el presidente Medina para compartir materias de interés común. En fin, estamos ante la consumación de hechos que acaban de pasar a la historia. No ignoramos las denuncias de supuestas maniobras del gobierno contra la oposición durante el día de las elecciones ni la formal denuncia del presidente de la JCE de que hubo intento por alterar los resultados mediante el ataque al sistema informático, y de las operaciones de grupos paramilitares que atentaron contra el proceso. Forman parte del nivel primario en que todavía se materializa la lucha política aquí.
Aún el candidato opositor no reconoce los resultados de las elecciones y se intenta construir un discurso sobre una supuesta ilegitimidad de las nuevas autoridades. Ese discurso estimula temperamentos levantiscos en estamentos de la población, lo que en nada conviene al sentido de la gobernabilidad. Con semejante actitud se corren riesgos, muchos, que podrían afectar incluso a quienes la sustentan. Esa conducta no conduce por buen camino. El sentido de la historia y la realidad misma, brutalmente arrolladora, indica que puede mandar directamente al inhóspito escenario del aislamiento. Fatal para cualquier liderazgo. De todas maneras, no somos tales para insistir con monsergas siempre odiosas y fastidiosas que no serán escuchadas.
Preferimos prestar atención a un llamado interesante. El presidente electo ha exhortado a los dominicanos a la unidad, a trabajar para construir un mejor futuro.
Felicitamos al presidente y a la vicepresidenta electos y celebramos su compromiso de gobernar para la gente, para el pueblo. ¡Qué Dios los ilumine!
