Las plantas ecológicas de La Barquita

Durante más de una década hemos advertido públicamente, y así lo hemos dicho en foros científicos internacionales, del mismo modo que lo hemos escrito en publicaciones científicas internacionales, que en la ciudad de Santo Domingo estamos construyen

Durante más de una década hemos advertido públicamente, y así lo hemos dicho en foros científicos internacionales, del mismo modo que lo hemos escrito en publicaciones científicas internacionales, que en la ciudad de Santo Domingo estamos construyendo una bomba bacteriológica subsuperficial al enviar diariamente a nuestras aguas subterráneas unas 7,000 toneladas de excrementos que salen de los inodoros de una ciudad donde 3.5 millones de habitantes carecen de un adecuado servicio de alcantarillado sanitario.

Es inaceptable que en la ciudad de Santo Domingo cada torre construida en cada uno de los sectores más ricos del país disponga de dos pozos ubicados uno cercano al otro, donde a través de uno de los pozos se descargan hacia las aguas subterráneas los desechos sólidos (excrementos) y líquidos (orina) de nuestro cuerpo, mientras a través del otro pozo vecino subimos hacia nuestras cisternas esas mismas aguas subterráneas ahora cargadas con las bacterias propias de las heces fecales, como Echerichia coli, Enterobacter, Citrobacter, Klebsiella, Salmonella, Vibrio cólera, etc., y como el agua captada a través de cada pozo individual no recibe ningún tratamiento anti bacterial antes de entrar a nuestras cisternas, terminamos bañándonos y cepillándonos con las mismas aguas que todos descargamos desde nuestros inodoros, y así colectamos muchísimas enfermedades.

De ahí que constituye un gran paso de avance en el cuidado del medio ambiente nacional, y en el cuidado de la salud individual, la construcción y puesta en funcionamiento de tres plantas ecológicas para el tratamiento biológico de las aguas residuales cloacales que han de ser producidas en la nueva Barquita de la ciudad de Santo Domingo, siendo esta la primera vez que un proyecto habitacional gubernamental es provisto, desde la etapa de su construcción, de un sistema para la correcta depuración y descontaminación de sus efluentes bacteriales.

Estas tres plantas biológicas para el tratamiento de las aguas residuales de la nueva Barquita utilizarán plantas acuáticas flotantes (macrofitas) cuyas raíces son capaces de absorber más del 90% de la materia orgánica llevada hasta allí por el sistema de alcantarillado sanitario de la urbanización, además de tener capacidad para colectar el nitrógeno, el fósforo, los metales pesados, los malos olores propios de la materia orgánica cloacal en descomposición, y parte del dióxido de carbono producido en el entorno, con lo cual se garantiza una operación totalmente ecológica donde el único combustible a utilizar es la radiación solar, y el único ruido a producir es el eco de la brisa que se desplaza entre las verdes hojas de las plantas acuáticas flotantes que definen un humedal local que hasta ahora no existía en este lugar, humedal que permitirá que las aguas residuales de La Barquita lleguen al río Ozama totalmente libres de contaminación orgánica y química.

A las grandes ventajas ecológicas del uso de plantas acuáticas flotantes para depurar aguas residuales cloacales se suman las grandes ventajas económicas en materia de operación y mantenimiento, pues estas plantas flotantes (macrofitas) no consumen combustibles, no consumen energía eléctrica, ni consumen floculantes ni espumantes, por lo que su costo operacional generalmente es del orden del 10% del costo de operación y mantenimiento de una planta tradicional para tratamiento de aguas servidas, en un país donde es necesario reconocer que muchas de las plantas de tratamiento de aguas sanitarias se mantienen fuera de servicio por falta de fondos para su operación y mantenimiento.

Con programas de construcción de plantas ecológicas, como el caso de la nueva Barquita, el gobierno de Danilo Medina pone un buen ejemplo de lo que debe ser el correcto saneamiento sanitario de los nuevos núcleos urbanos, siendo ahora necesario que ese mismo criterio sea extrapolado a otros núcleos habitacionales cuyos efluentes sanitarios son descargados de manera directa en las aguas subterráneas y en los principales ríos del país, siendo esa contaminación cloacal bacterial la principal causa de contaminación en todo el territorio nacional, la cual degrada la calidad de las aguas, deteriora el ambiente y pone en peligro la salud de la gente.

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