El Palacio Nacional ha sido escenario de protestas desde los primeros días de la instalación del Gobierno de presidente Danilo Medina hasta la fecha. Según las estadísticas de instituciones oficiales, en este primer año de gestión que se cumple dentro de 10 días, en las afueras de la casa de gobierno se han realizado al menos 40 manifestaciones.
La gama de demandas es amplia. Allí han ido a solicitar desde reajuste salarial, pensiones, empleos, inclusión en los planes sociales del Estado, viviendas, reubicaciones y hasta el revocamiento de algunas medidas como el intento por reconocer los derechos de propiedad a quienes habían usurpado terrenos del Estado en Bahía de las Águilas; la rescisión del contrato con la empresa minera Barrick Gold o el rechazo a la petición de explotación de Loma Miranda, así como cárcel para exfuncionarios señalados como “corruptos” y el despido de otros.
Esas expresiones de inconformidad, ante las variadas situaciones, son atribuidas por analistas políticos y sociales a seis aspectos: primero, a una “semilla” de insatisfacción dejada por el expresidente Leonel Fernández, deuda que se traspasó a Danilo Medina; segundo, a que en el país no hay “interlocutores funcionales”; tercero, a que hay un espacio de libertad mayor para manifestarse; cuarto, a la cultura presidencialista que ha imperado en la República Dominicana: “el Jefe es el que resuelve”; quinto, a un cúmulo de necesidades de la gente, y por último al estilo de gobernar cercano y abierto que ha impuesto el presidente Medina.
Las protestas
Las primeras protestas que marcaron el actual Gobierno fueron las que se originaron a raíz de la presentación, aprobación y promulgación del proyecto de la Ley de Reforma Fiscal.
Mes y medio después de la toma de posesión del presidente Medina, entrando octubre, el denominado “paquetazo” generó una serie de acciones colectivas que caldearon de inmediato el escenario político y social, llegando incluso a cobrar la vida de una persona en las inmediaciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Pese a que la mayoría de ese abanico de críticas reposó en el Congreso Nacional, los diversos grupos opuestos a la reforma también llevaron sus quejas a los alrededores del Palacio.
Otro reclamo fue el de la Coalición por una Educación Digna, que insistentemente llegaban a la parte frontal del Palacio Nacional a recordarle a Medina el compromiso que había asumido para otorgar el 4% para la educación, lucha que logró su cometido.
423 protestas en RD en seis meses
Según datos del Observatorio Político Dominicano (OPD), una iniciativa de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), que da seguimiento permanente a las protestas sociales en República Dominicana, de enero a junio de este año, en todo el país se produjeron 423 manifestaciones. De esas protestas, 29 se llevaron a cabo en las inmediaciones del Palacio Nacional, de acuerdo con una relación facilitada por la Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica (DIAPE), dependencia del Ministerio de la Presidencia.
Para el sociólogo Carlos Andújar esas manifestaciones son el reflejo de que “peligrosamente” el país no tiene interlocutores, por lo que “hay que ir directamente al Presidente”. Pero también afirma que obedecen a que los males siguen ahí.
Refirió que “los funcionarios mienten, el Partido Revolucionario Dominicano está dividido, los movimientos sociales con liderazgos centralizados y el Partido de la Liberación Dominicana cuestionado en su misma gestión, quizás por complicidad e intimidad con algunas de las malas gestiones anteriores”. También agrega que “el país esperaba alguna que otra sanción y lo que ha habido es una especie de acomodo en el ajedrez”.
Sin embargo, afirma que independiente de quien estuviera gobernando el país, las manifestaciones se iban a dar, porque la sociedad “ya no aguanta más”.
“El pueblo está agotado, sigue habiendo un gran abismo, una gran pobreza. Los pueblos se cansan”, precisa.
Andújar expresa que la ventaja que ha tenido Danilo Medina ha sido su personalidad, pero advierte que “solo con eso no se gobierna” y llama al Gobierno a meditar “porque el país no aguanta más postergaciones y discursos”.
Mientras que la politóloga Rosario Espinal entiende que un precedente que pudo haber contribuido para que el Palacio se haya convertido en un punto atractivo para las protestas, lo sentó la lucha por el 4% para la educación.
“Otro aspecto es que el presidente Medina se está mostrando más accesible al público, más cercano a la ciudadanía y el Palacio es su lugar de trabajo y entonces podría ser que las personas piensan que en manos del Presidente está la solución de todos sus problemas y lo hacen ahí para llamar su atención”, afirma.
Con Espinal coincide el director de la DIAPE, Ramón Tejada Holguín, quien asegura que a veces al Palacio llegan a reclamar cosas que ni siquiera tienen que ver con el Presidente, asuntos eminentemente privados. El funcionario agrega que la mayoría de las demandas son más típicas de los cabildos que de la Presidencia. “Uno de los elementos que habría que ver es esa capacidad de diálogo de Danilo Medina con la gente. La segunda razón es que se ha mantenido el respeto al derecho de la manifestación, y el tercer elemento es que también se heredaron algunas situaciones. Vienen aquí porque hay un Presidente que escucha, porque se respeta el derecho a protestar y que aquí se le atiende”, expresa.
