Lavecen: freno de las enfermedades del ganado en RD

El Laboratorio Veterinario Central (Lavecen) está inmerso en la elaboración de un millón de dosis de vacunas antirrábicas para el Ministerio de Salud Pública y por el ritmo de trabajo que lleva todo indica que saldrá bien de esa parte y de otras&#82

El Laboratorio Veterinario Central (Lavecen) está inmerso en la elaboración de un millón de dosis de vacunas antirrábicas para el Ministerio de Salud Pública y por el ritmo de trabajo que lleva todo indica que saldrá bien de esa parte y de otras diseñadas para enfrentar la mayoría de las enfermedades del ganado, animales menores (perros y gatos) y aves traspatio.

No es una tarea fácil para una institución sin asignación de recursos en el Presupuesto Nacional, que debe responder a una demanda y solicitudes cada vez más crecientes en el mercado, entre ellas de los productores y fundaciones que utilizan las vacunas contra la rabia.

El Lavecen también trabaja vacunas para chivos, cerdos y otros animales. Una de las vacunas es la tuberculina PPD.

“El fuerte de nosotros es el diagnóstico y la producción de vacunas”, indica la médico veterinaria Cleotilde Rodríguez, directora del Lavecen, a un equipo de prensa de elCaribe que acudió al lugar para conocer el trabajo que realiza.
La funcionaria indica que en estos momentos el Lavecen se encuentra en la proyección de elaboración de vacunas, en la proyección de los programas regenteados por la Dirección General de Ganadería (vía su división de Sanidad) y en otras acciones no menos importantes.

Cada año Salud Pública hace una proyección de vacunación, sin embargo, en los dos años que lleva Rodríguez al frente del Lavecen, la cantidad de vacunas requeridas para 2016 (la del millón) ha sido la mayor. Antes, la solicitud oscilaba entre las 400 mil y 500 mil dosis. “Con el avance del laboratorio se ha podido ir incrementando la producción, acercando la oferta a la demanda existente”, dice la especialista, que para la entrevista se hizo acompañar del subdirector William Pichardo, el doctor Sucre Gálvez, director del Departamento de Diagnósticos, y de Fajín Cunillera, encargada del Departamento de Producción, entre otros especialistas que se fueron sumando en la medida que el equipo de elCaribe recorría las distintas áreas del establecimiento. Ese recorrido se realizó luego del cumplimiento del protocolo, que incluye vestimenta, no tocar determinados espacios y ceñirse a otras reglas. El Lavecen busca obtener una certificación ISO y quizás por eso se cuida cada detalle que pueda alterar el normal desenvolvimiento en el establecimiento.

En lo concerniente a las vacunas elaboradas para la Dirección General de Ganadería hay una proyección y se ha aumentado la cantidad de tuberculinas, la cantidad de “Cepa 19” (utilizada para enfrentar la brucelosis) y vacunas para el Newcastle (para los “animales traspatio”, como son las aves).

Otros trabajos incluyen la prueba de “antígeno anillo en leche” para vigilancia epidemiológica de brucelosis bovina, la bacterina de leptospirosis y otras.
La Prueba del Anillo en Leche (PAL) pertenece al grupo de pruebas indirectas empleadas en el diagnóstico presuntivo de la brucelosis bovina, dado que evidencia o detecta anticuerpos aglutinantes anti-brucela.

Los pedidos

Cleotilde Rodríguez reconoce que corresponde aumentar cada día el porcentaje de dosis, pero eso se ve limitado por la falta de recursos y tecnología. El laboratorio se circunscribe a la elaboración de vacunas para animales. En el pasado llegó a elaborar la vacuna antirrábica humana, pero dejó de hacerlo por un problema de costo y falta de equipos.

Esta semana, la directora del Lavecen sostuvo una reunión con representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con la que se quiere rescatar de nuevo las relaciones. La idea es que el Lavecen (institución estatal) pueda volver a elaborar sus propios biológicos (las vacunas para humanos) en unos años.

Lavecen es el único laboratorio que elabora vacunas en el país, asegura su representante.

“Todo el personal que tenemos aquí en la actualidad es muy calificado, que recibe capacitación tanto dentro como fuera del país. Algunos se hicieron especialistas en vacunas desde el año 1978 y los de ingreso más reciente también se especializan tanto internamente como en el exterior”, dice Rodríguez, sin esconder el orgullo que siente al expresarlo.

“Si el laboratorio contara con un presupuesto funcionaría mucho mejor”, asegura, observada con atención por el staff que le acompaña. “Pero hay que decir que aún sin presupuesto estamos dando respuesta a todos los problemas del sector pecuario”, agrega.

Hasta ahora lo único que tiene de manera fija el Lavecen –según su directora- es el pago de nómina, que llega vía el Ministerio de Agricultura, y algunos servicios que son pagos a través de la Dirección General de Ganadería. “El laboratorio pudiéramos llevarlo a ser autosuficiente, porque con lo que produce la venta de los biológicos y los análisis realizados día a día (…) el laboratorio opera en un 85%, aunque pudiera dar el ciento por ciento”, explica.

Los insumos o materias primas que usa el Lavecen son adquiridos en el exterior de diversos países (Estados Unidos, Francia, Puerto Rico y otros), por tanto, las transacciones son en dólares.

No se le cobra al productor como si fuese una empresa privada por los servicios ofrecidos, sino menos.

En cuando a las vacunas vendidas a Salud Pública, la dosis se le estuvo cobrando a razón de 14 pesos, pero debido a que el presupuesto que tiene esa última institución tampoco alcanza para todos los capítulos en los que se envuelve, entonces el Lavecen le rebajó un peso por cada dosis. Eso al laboratorio le genera un vacío económico, calcula su representante. La directora dice que para “no decir que estamos perdiendo por concepto de elaboración de vacunas, habría que vender la dosis a razón de 15 pesos”.

“Esto es el alma y de la Dirección de Ganadería, porque esa institución tiene unos programas de brucelosis, de tuberculosis, de influenza aviar y otros de trascendencia, es decir, que aquí se da respuesta a todos los productores a nivel nacional y a personas que no son productores, pero que sí tienen una vaca o un cerdo, por ejemplo”, apunta la representante del Lavecen. El organismo supervisa el laboratorio del CEA-Gana (del Consejo Estatal del Azúcar) y al Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) le ofrece muestras y análisis que solicita.

En la parte de Control de Calidad es donde el Lavecen tiene los mejores equipos instalados, aunque entre ellos hay algunos que sobrepasaron la “mayoría de edad” porque tienen entre 20 y 25 de haber sido fabricados. En ese caso una garantía que hay en ellos es que “son de tecnología alemana” y cuando provienen de ese país adquieren fama.

El laboratorio está conformado por tres edificios: uno de producción, uno de control de calidad y el auditorio. El equipo que está al frente de la institución enumera una serie de puntos que deben mejorarse, entre ellos sustituir los plafones, que de acuerdo con las normas internacionales, no deben usarse para instituciones como el Lavecen; hay que conseguir más técnicos de laboratorio y más veterinarios.

Entre los empleados del Lavecen hay especialistas químicos, biólogos, veterinarios y se está adquiriendo microbiólogos. Conseguir personal de edad joven es importante para el Lavecen, porque una parte del que tiene actualmente está en condiciones de pensión.

¿Cómo adquieren todos los aparatos?

Por el vacío a nivel de recursos que tiene el Lavecen (sin presupuesto) le resulta difícil adquirir equipos, salvo que se los oferte uno de los programas que posee el Ministerio de Agricultura, o comprándolo “tomando para ello los precarios fondos obtenidos con la venta de los biológicos o los análisis”. Eso le dijo Cleotilde Rodríguez a este diario, sentada en su oficina de la avenida Monumental, en Los Girasoles, Santo Domingo. “Ese dinero que empleamos para comprar equipos pudiera servir para otra cosa”, sostiene.

En cuanto al personal que labora en Lavecen, ocurre que -a veces- aunque están para pensión deben ser retenidos porque no hay quién los sustituya”, dice Cleotilde Rodríguez. Y agrega: “El profesional de laboratorio, para decir que está terminado necesita por lo menos dos años trabajando día a día para adquirir experiencia dentro. Luego está la experiencia y conocimientos que tú mandas a adquirir fuera”.

Enfoque
Con las vacunas que produce el laboratorio para el país, el control de enfermedades ha sido efectivo”, asegura la administración.

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