Si se pensara en una palabra para definirlo, esa sería sencillez. Asi es Freddy, un ser humano como cualquier otro, que, sin embargo, cuando se encuentra consigo mismo en la intimidad de su taller, se transforma en un artista de grandes dimensiones, cuyas obras de arte ponen al descubierto, no solo su sensibilidad, sino también su desbordante talento.
Cuéntenos, ¿cómo inició su carrera en las artes plásticas?
Comencé a pintar desde chiquito, cuando niño, dibujando en la acera de mi pueblo de Hato Mayor, usando el carbón que la abuela usaba para cocinar y en el 1965, producto de ese movimiento bélico, Empecé a pintar en telas. La obra sobre el puente Duarte, la cual representa los aviones ametrallando al pueblo, fue una de mis primeras obras sobre tela, ya antes había dibujado sobre papel, pero quizá el tema de la Guerra de Abril me motivó a usar los colores ya en la técnica de la pintura.
¿En qué se inspira para crear sus obras?
La inspiración es algo que llega solo, pero entiendo que solo hay que entrar al taller y trabajar. Empieza en el taller, un poco de lectura a manera de motivar las ideas, música de fondo y entonces llega la musa o el ángel de la inspiración. Llega el momento de trabajar, y luego nace el producto de esa experiencia. Uno mismo se da cuenta cuando llega el ángel, porque es algo especial. No hay manera de negarlo, la obra lo dice, es fuera de serie, parece ser que hay algo espiritual que conduce la mano y la mente que concibe las ideas del artista, desarrolla el ojo y surgen ideas, producto de la sensibilidad.
¿Valora el público dominicano el arte en su justa dimensión?
Yo digo que sí. El público apoya unas obras más que otras. Por ejemplo, la serie del transporte en su primera y segunda etapa ha sido de las series que ha tenido más acogida, por ser un tema muy nuestro. Gracias al apoyo del público, todavía podemos trabajar.
¿Reciben los artistas nacionales el apoyo necesario de las autoridades del Estado?
Las autoridades hacen tan poco. En este país no hay política cultural. Aunque pienso que eso no sucederá por mucho tiempo. Es que nuestros políticos son como los pescadores, que le ponen carnada a los peces y ya.
Usted presentó una exposición en Calle 8, de Miami, ¿cómo pudo llevar sus obras hasta ese escenario?
Fue durante una conversación con Raysa White, quien había preparado una charla sobre murales. Ella se dio cuenta de que trabajo bien el mural al fresco y me dijo: ¿por qué no haces un mural? yo le contesté que no había problema. Lo hice y entonces convenimos lo de la exposición y así se hizo.
¿Cuántas obras usted ha creado hasta ahora?
Nunca me pongo a pensar en eso. El tiempo se lo dedico a pintar.
¿Cuánto tiempo de su vida le ha dedicado al arte?
Debo andar entre 45 ó 46 años como pintor y como profesor pasé 38 años.
En la actualidad, ¿trabaja en alguna exposición?
Siempre estoy trabajando. Mi forma es trabajar siempre, sobre una serie u otros y las exposiciones se realizan luego.
¿Cuáles técnicas utiliza para elaborar sus trabajos?
Generalmente utilizo diversas técnicas, en tela, papel, madera, plásticos, óleo, carbón, pastel, aserrín y tinta, de eso hago una mezcla y le llamo técnica mixta.
¿Qué opina de que cada vez más artistas dejen su carrera para emplearse?
Los pintores que dejan de pintar, por la razón que sea, no nacieron para eso. El que nació para ser artista nunca se retira, al contrario, trabaja hasta convertirse en un profesional.
