Carolina Rivera, afamada sommelier chilena asegura que la cultura enológica sigue creciendo en República Dominicana.Te Carolina Rivera es una enciclopedia del vino andante. Con palabras llanas y mucho carisma, esta experta vitivinícola va por el mundo conquistando nuevos seguidores del fruto de la vid y compartiendo sus conocimientos y experiencias como “Wine Ambassador” de la Viña San Pedro (VSPT Wine Group), el segundo productor de vinos en Chile.
No es para menos. Sus diecisiete años de experiencia –ha trabajado en varias bodegas y participado en varios espacios de radio y televisión– le dan el aval para hablar con propiedad de su pasión. Una estrecha relación con las copas, barriles y viñas que inició a muy temprana edad. “Imagínate, mi papá de pequeña me daba a probar vino con agua”, cuenta. “Ya en mi adolescencia sabía identificar los tipos de uva y tenía nociones de maridaje”, rememora Rivera.
Hace unos días, esta profesional chilena estuvo por el país trabajando muy de cerca con los miembros de la Asociación de Sommeliers de República Dominicana y los ejecutivos de las tiendas La Enoteca de Vinos S.A., poniéndolos al día con las novedades de esta industria en su Chile natal, una de las regiones más productivas y reconocidas del mundo. En fin, expandiendo aún más su amor por el vino.
“Esta es mi segunda visita a República Dominicana. Me voy convencida de que el mercado local es muy interesante, porque tiene una oferta muy amplia, con vinos de todas partes del mundo. Este es un contexto muy inusual. Por ejemplo, en Chile no pasa lo mismo. Además, ustedes son una nación muy cosmopolita y diversa, con todo tipo de consumidores”, comentó Rivera.
En nuestro caso que experimentamos altas temperaturas, la experta sugiere optar por los vinos más ligeros y frutosos. Blancos refrescantes como el Chardonnay, degustados a su temperatura óptima. Pero también, pueden disfrutar de tintos, pero, igual, que sean servidos a temperaturas entre 16 y 17 grados. La experta explica que los vinos no son nada complicados, que hay que aprender a conocerlos. “La gente tiene que admirarlo y entenderlo. El vino es vida. Viene de la tierra. Y para disfrutarlo al máximo, para catarlos, hay que agudizar los sentidos “, dijo Rivera.
