“Nacimos para los pobres, chiquitos

Con una cartera de créditos de más de 8,300 millones de pesos, 45 sucursales, más de 10,000 millones de pesos de activos, y con expectativas de  terminar el año 2011 con un patrimonio de más de 1,700 millones de pes

Con una cartera de créditos de más de 8,300 millones de pesos, 45 sucursales, más de 10,000 millones de pesos de activos, y con expectativas de  terminar el año 2011 con un patrimonio de más de 1,700 millones de pesos, el Banco de Ahorro y Crédito ADEMI es una institución financiera dedicada al impulso del microcrédito,  para apoyar a pequeños y medianos comerciantes a realizar sus proyectos económicos.Manuel Arsenio Ureña, presidente del Banco ADEMI, se define como un hombre campesino que progresó y salió a flote gracias al microcrédito, razón por la que siente gran satisfacción al ayudar a personas que desarrollan pequeños proyectos, sin demasiados requerimientos de respaldo para otorgar créditos que otros bancos se negarían a desembolsar bajo las mismas condiciones.

En conversación con el equipo de Economía de elCaribe durante el Desayuno Económico, el señor Ureña conversó sobre el espíritu que anima a la institución, acompañado del vicepresidente de negocios del banco, Guillermo Rondón, quien explicó la estructura crediticia de la entidad.

Banco ADEMI se constituyó en el año 1997, comenzando sus operaciones en 1998, con el objetivo de ser el banco de los pobres de la República Dominicana, lo que su presidente entiende que es su misión primordial.  En los 13 años que lleva como institución financiera regulada, ha cambiado el concepto del préstamo en la República Dominicana, permitiéndole a personas con pocos recursos una salida de sus estrecheces financieras. Esta filosofía se encuentra en la génesis misma del banco, que se originó en un acto de atrevimiento que nadie pensó que fuera rentable.

El origen

“Este es un proyecto de la iniciativa exclusiva  de don Camilo Lluberes,  quien decía de manera jocosa que las instituciones formales no se ocupaban de prestarle a los infelices”, comenta Ureña. “En 1983 le comentó a don Alejandro Grullón, y luego a todos los miembros del Consejo del Banco Popular, que iba a crear una institución para prestarle a los chiquitos”. Comenzó con un capital  de unos  cuatrocientos mil pesos, que en esa época era mucho dinero, prestando cien pesos, no más de mil pesos”.

“Como antiguo miembro del consejo directivo del Banco Popular, don Camilo tenía muchos contactos internacionales, tanto con el Banco Europeo de Inversiones como con la Agencia Francesa de Desarrollo. En ese trayecto del 1984 al 1997, él y don Pedro Jiménez, que era el vicepresidente ejecutivo de ADEMI, recorrieron una gran parte del mundo, enterándose, conociendo el modelo de microcrédito y  a la vez también dándoles charlas y conocimientos a otros países que estaban incipientes en el negocio, en el inicio de las instituciones de microcrédito”.

Al crecer considerablemente el proyecto, a finales de los años noventa las leyes le exigían convertir la asociación en un organismo reglado por la Ley Financiera y Monetaria, pasando  a ser “Banco de Ahorro y Crédito ADEMI”, pero con una conformación accionaria muy distinta de lo habitual: “los empleados todos, bajo una razón social, son dueños del 15% del capital del Banco ADEMI;  y la Fundación ADEMI es dueña del 20% del capital del Banco ADEMI. Entre los empleados y la fundación son dueños del 35% del patrimonio del banco. Esa  conformación accionaria no existe aquí en ninguna institución”, señaló Ureña.

Plataforma compartida

Esa estructura participativa del banco era el reflejo interno de las intenciones de la entidad financiera para con su blanco de público: crear una plataforma para el despegue económico de miles de dominicanos que no calificaban para los créditos tradicionales de los bancos múltiples, permitiéndoles hacerle mejoras a sus hogares sin ahorcarse económicamente.

El presidente del Banco ADEMI lo ilustra de la siguiente manera: “Las familias urbanas normalmente tienen un papelito del ayuntamiento, ése el único documento que nosotros le pedimos como aval. Cuando una familia está con una cantidad de hijos en una casa muy estrecha, y puede hacer una habitación adicional con un préstamo casi subsidiado que le hace el banco, y le ajusta las cuotas a los ingresos que puedan tener, para no perjudicarlos; el último aval que tienen es la casa y no hemos tenido un caso que hayamos tenido que ejecutar una vivienda, y reitero: sin ningún documento, sin ningún título de propiedad.

Esa acción no inició sin su cuota de incertidumbre y escepticismo, como es de esperar en personas que invierten, pues aunque flexibles, su objetivo es recuperar con ganancias lo invertido. Las ideas innovadoras tienen riesgos.

Idea personal

“Eso comenzó muy tímidamente como un proyecto mío; yo doné los fondos para iniciar este proyecto, porque el mismo Don Camilo no creía que eso iba a ser posible.

Tuve que convencerlo a él y a todos los miembros del consejo de directores para que se iniciara el proyecto y le diera una donación importante  de mi familia y de mi compañía, entonces no encontraron alternativa  más que arrancar”.

Guillermo Rondón
Nuestra  cartera de crédito se recupera en un 99.5% y nuestro índice de riesgo crediticio anda alrededor de un 2%”

Manuel A. Ureña
Nosotros estamos rescatando al productor del campo, y los resultados han sido extremadamente positivos”.

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