Legisladores usan dinero público para el clientelismo local

El manejo de los Fondos de Asistencia Social convierte a diputados y senadores en el principal motor del clientelismo político en sus respectivas circunscripciones.

El manejo de los Fondos de Asistencia Social convierte a diputados y senadores en el principal motor del clientelismo político en sus respectivas circunscripciones.Las funciones de los legisladores se dividen entre su labor de hacer leyes y la de resolver problemas de las comunidades a las que representan, principalmente en el interior. La imagen de diputados y senadores entregando canastas, útiles escolares, equipos deportivos, comida y medicamentos a la gente más pobre es recurrente. Pero no tiene relación alguna con las funciones que deben desempeñar.

Cuando los senadores cobran y usan los RD$19 millones del “barrilito” y los diputados los RD$9 millones del “cofrecito” (Fondo de Asistencia Social), entran en conflicto con la Constitución, cuyo artículo 93 define que el Poder Legislativo “legisla y fiscaliza en representación del pueblo”.

Esa doble función “es un invento del clientelismo crónico que vive este país”, explica Luis Gómez, director del Centro de Estudios Constitucionales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), maestro de varias generaciones de especialistas del Derecho.

“Se busca la manera de que cada legislador pueda comportarse como un autócrata, a la usanza del trujillismo y del balaguerismo. El autócrata pretende tener un poder ilimitado frente a sus seguidores, que han perdido la noción de soberanía”, agrega el profesor.

El clientelismo alimentado por diputados y senadores, según Gómez, es una de las “características abyectas que observa buena parte de las instituciones de nuestra democracia representativa”. Al comprar públicamente los votos de la población con dádivas o con dinero en efectivo, el legislador deja de ser un representante o mandatario, para asumir la posición de mandante o dictador de las órdenes, agrega el profesor universitario.

Otro efecto perverso de esos fondos es el de dificultar la elección de nuevos legisladores, ya que los candidatos no disponen de los mismos recursos que los actuales ocupantes del escaño para “regalar” a sus posibles votantes. Los fondos de asistencia del Congreso también generan dualidad de funciones en el Estado. La Presidencia de la República tiene un Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales. Este organismo, responsabilidad del vicepresidente Rafael Alburquerque, tiene una estructura de nueve ministerios y 22 instituciones especializadas. Para este año, su presupuesto alcanza los RD$13,947.2 millones, equivalente al 37.8% de los RD$36,820.3 millones correspondientes al Ministerio de la Presidencia. En definitiva, se asignan para manejo de los legisladores fondos multimillonarios al asistencialismo, cuando nueve ministerios utilizan casi RD$14,000 millones con el mismo fin.

El presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, dijo recientemente que aunque se llame clientelismo, el uso del Fondo de Asistencia Social podría enmarcarse entre los gastos propios de la representación del pueblo, que sí es una función legislativa contemplada en la Carta Magna. 

Enraizado

Pared Pérez recordó que, antes de su gestión, el “barrilito” se manejaba con poca transparencia. Ahora, cada senador sólo tiene que justificar por escrito los gastos del mes anterior para que la Presidencia de la Cámara permita el desembolso de más recursos en su cuenta bancaria.

“Lamentablemente, y lo digo con toda sinceridad, el clientelismo se ha enraizado en la sociedad dominicana. Para erradicarlo tendrán que pasar varias generaciones, porque donde quiera que uno se mueve no dejan a uno tranquilo. Lamentablemente, el que no da se fuñó”, declaró Reinaldo Pared Pérez sin reparos y con una sonrisa.

Los informes del Movimiento Cívico  Participación Ciudadana explican  que senadores y diputados, a pesar de ser los servidores públicos con mejores salarios y sistema de incentivos (un total de RD$5 millones por año), no utilizan dinero de sus ingresos para alimentar a sus propias clientelas políticas. Usan los RD$50,000 del fondo de asistencia social para regalar tanques de agua, medicinas, equipos deportivos y otros recursos a las personas vinculadas con sus partidos. Otro tanto ocurre con los senadores en sus circunscripciones.

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