Lorena Oliva, una alternativa para el teatro

¿Cómo nace el grupo Teatro Alternativo? Como su nombre indica, lo alternativo viene porque no es un teatro oficial ni comercial. Yo soy educadora, estudié actuación, es el deseo de ligar estas dos profesiones. Siempre nos hemos…

¿Cómo nace el grupo Teatro Alternativo? Como su nombre indica, lo alternativo viene porque no es un teatro oficial ni comercial. Yo soy educadora, estudié actuación, es el deseo de ligar estas dos profesiones. Siempre nos hemos caracterizado por hacer obras con fin un social, educativo y por presentarnos tanto en teatros como en lugares no convencionales.

En un país donde se da poco apoyo al teatro, ¿qué tan difícil se les ha hecho llevar el teatro a todas partes? Vengo de una sociedad netamente teatral, Buenos Aires es una de las ciudades de Latinoamérica con más oportunidades para formarte, ver y hacer teatro. De aquí que nuestra propuesta haya sido comenzar desde la base de la sociedad, los niños. Nos interesa este público en el sentido de educarlos hacia lo que es el teatro, el aporte que les ofrece como seres humanos, y si no van a dedicarse a esto, al menos serán espectadores conscientes y van a consumir teatro porque lo conocen, porque nadie puede consumir lo que no conoce. A lo mejor los resultados no se ven ahora, hoy, pero estamos trabajando a largo plazo. Siempre hemos tratado de contar historias que sirvan para toda la familia, que cada quién la interprete.

Trabajas con tu esposo y en casa, o sea que están juntos 24/7. ¿Cómo les va con esto? Trabajamos juntos, creamos juntos, él es la parte educativa musical, tambiénn ha estado encargado de la parte técnica y a veces la producción. Mis hijos por igual han estado involucrados. Teatro Alternativo es mi casa, nosotros ahora pudimos separar el salón de clases de ésta, pero siguen en el mismo edificio. Es parte de la características que concebimos como pareja, como familia y como artista. Aquí el niño siente esa familiaridad, nos ve juntos trabajando en una casa; los grupos son pequeños, los conocemos a todos, así no sienten que los están dejando en una academia, pues trabajamos con chicos muy pequeños, de tres años.

Desde el punto de vista del niño y adolescente, ¿cómo influye la temática que ustedes ofrecen ? Lo que hacemos es unir a los chicos nuevos, que vienen muy tímidos, con muchas ganas de expresarse y no han encontrado las herramientas, con un grupo que ya tiene vasta experiencia. Lo que les da el teatro es contención, que experimenten tener un objetivo y llevarlo a cabo. Claro, a veces muchos se frustran y lo dejan, pero el mismo grupo te contiene. Lo importante es mantener el grupo, así cada uno se forma y va adquiriendo los conocimientos que necesita, pero también conservan algo que creo que hoy en día se está perdiendo, el trabajo grupal; lo importante es que la obra quede bien y no uno solo brillar. Sí les damos las herramientas para que aprendan teatro, pero lo que más nos interesa son las herramientas para que puedan desarrollarse creativamente en cualquier ámbito, ya que no todos los que entran quieren dedicarse al teatro.

Tienes dos profesiones, educadora y actriz, ¿por cuál te inclinas más? El saber que en la tarea de educar puedo fusionar ambas profesiones, que al principio veía como imposible, me llena de mucha satisfacción. Es cierto que Lorena como actriz está pasiva, pero también son momentos. Este era el momento de entregarme a los papás, a los niños, darle seguimiento a todo.

Presentaron «Bulling, la ley del silencio», la primera obra sobre esta problemática escolar, ¿de dónde surgió su concepción? Surge a raíz del premio Emilio Aparicio, que el grupo ha ganado dos años consecutivos como «Mejor obra juvenil». Cuando nos enteramos de esta premiación reuní a mi grupo y sentí la sensación de que ya era hora de contar algo que tenga una connotación más social. Pensé que con este grupo, casi un milagro que siga, con lo volátil que son los chicos, es oportunidad de contar algo que pueda aportar. Les pregunté qué quieren contar y coincidieron en que querían contar lo que pasaba en los colegios. Al no encontrar ninguna obra donde participaran 20 muchachos hablando sobre esto, dije vamos a escribirla. Ellos me contaron historias reales y a través de técnicas de psicodrama con improvisaciones, al final ellos me dieron el texto. Todo un año de agotar un proceso de investigación en el que intervino una psicóloga, vimos vídeos, películas, leímos libros… De ahí nace.

En dos años cumplen una década. ¿Cuáles son tus deseos para celebrarlo? Seguir actuando. No me gusta planificar en grande, pero sí seguir trabajando a los chicos para que se puedan presentar. Quizás un espacio más amplio donde podamos presentarnos, para no depender de los costos y disponibilidad de salas, además de poder un repertorio vivo que se presente por mucho tiempo. 

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