Como consecuencia de las declaraciones del ministro de Interior y Policía, Monchy Fadul, que afirma que la delincuencia no ha aumentado y que impera una percepción distorsionada de la realidad, han ocurrido diversos debates relativos a seguridad ciudadana. Al margen de las pasiones, apreciaciones basadas en experiencias personales, inclinaciones partidistas y otros componentes altamente subjetivos, para hablar con seriedad sobre el tema de la delincuencia es necesario analizar los números y particularmente el indicador que de manera universal se toma como referencia para ver si las cosas han mejorado o han empeorado: la tasa de homicidios.
En nuestro país el total de homicidios en 2011, un año antes del inicio del Gobierno actual del presidente Danilo Medina y sus nuevos planes de seguridad ciudadana, en el periodo que va de enero a agosto (lo tomamos de referencia para fines comparativos con los datos más recientes publicados en el portal de la Procuraduría General de la República) fue de 1,674. En 2012 en el citado periodo fue de 1,464. En 2013 en el mismo periodo fue de 1,308. En 2014 fue de 1,213 mientras que en el 2015 fueron 1,140, lo que sin dudas evidencia una sostenida reducción.
En cuanto a feminicidios, el peor año en las últimas décadas fue 2011, pues fueron asesinadas 233 mujeres. Se produjo una reducción en 2012 a 196 y así las cosas fueron mejorando también en 2013, cuya cifra final fue 160. En 2014 hubo un ligero revés pues el número aumentó a 180, pero en 2015 se retomó la tendencia y bajó a 158.
Las estadísticas anteriores demuestran que las medidas del presidente Medina, quizás menos ambiciosas que las del mandatario anterior, han sido más efectivas pues en estos últimos tres años se han experimentado reales reducciones de las cifras de muertes violentas.
Sin embargo, persiste una sensación de inseguridad en la población pues si bien han reducido los homicidios se han producido aumentos en otros tipos delictuales como robos y asaltos a mano armada, lo que sin dudas mantiene a la gente intranquila.
Por ello, aunque las cosas han mejorado, aún hay mucho que se puede hacer para que los dominicanos se sientan más seguros. Pero lo más importante es la voluntad política para tomar decisiones y hacer lo que se requiere, y las mejorías experimentadas en apenas tres años constituyen una muestra de que dicha voluntad existe.
