Los prodigiosos y osados ladrones del arte

A quién no se le ha subido la sangre a la cabeza gracias a los «amigos de lo ajeno», esos que siempre quieren lo que no es suyo. El mundo del…

A quién no se le ha subido la sangre a la cabeza gracias a los «amigos de lo ajeno», esos que siempre quieren lo que no es suyo. El mundo del arte no ha podido escaparse de ellos. El incalculable valor de ciertas piezas y la gratificante recompensa económica que su venta en el mercado negro supone, es lo que más les ha llamado la atención a estos «queridos amigos».

Y es que los robos en el mundo del arte están a la orden del día. La última década ha estado bastante activa. En diciembre de 2002, el Museo Nacional de Estocolmo fue victima del robo de un autorretrato de Rembrandt y de los cuadros «Joven Parisina» y «Conversación» de Renoir, ambos desaparecidos aún.

En el 2003, «La Madonna de huso» de Leonardo da Vinci fue sustraida del castillo escocés del Drumlanrig; un año más tarde, el «Nature morte a la charlotte» de Picasso del Centro Pompidou de París (este último fue recuperado).

En el 2009 se pusieron las pilas. Cuatro fueron los robos realizados, entre ellos, el «Adolescencia» de Dalí (Holanda) y un cuaderno que contenía 33 dibujos de Pablo Picasso (París), así como el dibujo «El juicio» de Rembrandt, que fue recuperado por manos de las autoridades.

Uno de los más recientes ha ocurrido en España. El pasado 5 de julio, el «Códice Calixtino», considerado la primera guía del Camino de Santiago, fue sustraído de la cámara blindada de la catedral Santiago de Compostela. Este permite conocer las dificultades del Camino de Santiago, sus usos lingüísticos y costumbres; describe los paisajes y sus gentes, anécdotas, milagros del Apóstol y sermones. Lo que parecía una desaparición momentánea se ha convertido en una de las sustracciones más misteriosas de los últimos años.

Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

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