Mal camino

Según los indicadores de comportamiento de algunos sectores, parece que estamos ante una coyuntura en la cual se pretende convertir un proceso cívico ya culminado en una situación pre-revolucionaria.

Según los indicadores de comportamiento de algunos sectores, parece que estamos ante una coyuntura en la cual se pretende convertir un proceso cívico ya culminado en una situación pre-revolucionaria.Pero la experiencia histórica muestra que los fenómenos no se pueden fabricar y mucho menos improvisar. En cualquier caso, serían el resultado de una larga cadena de eventos que conduzcan a un fin.

En la República Dominicana lo que hubo el pasado 15 de mayo fueron unas elecciones para escoger a las autoridades nacionales, congresuales y municipales, por la voluntad de las mayorías.

Siendo así, las urnas indican claramente donde reside el imperio de la voluntad popular. Luego, los triunfos no pueden ser decididos a golpe de presión, disturbios, bravuconerías, por obra y gracia de los espíritus o por una falsa percepción de que se representa lo más puro de la nación y como tal se merece un puesto no ganado sobre el argumento de que se ha sido víctima de un “fraude colosal”.

¿Puede el país ser expuesto a la violencia, al desorden sobre bases no afirmadas honestamente en la realidad? Asumimos que no.
En cualquier caso, las reclamaciones tienen que realizarse mediante los procedimientos previstos en las leyes, en las instituciones establecidas y por las vías pacíficas.

No es mediante lanzamiento de bombas, “movilizaciones armadas” de unos cuantos con resultados trágicos. El asesinato del ingeniero Luis Bienvenido de Jesús Almonte, cuando llegaba a la empresa Top Choice, en la zona franca del municipio Esperanza, donde se desempeñaba como gerente, es un acto típicamente terrorista.

Las bombas y los tiroteos que acompañan una paralización obligada en Nagua en reclamo de resultados electorales supuestamente favorables se inscriben dentro de lo que se percibe como un movimiento orientado a crear una determinada situación política.

Van por un camino equivocado. Con estos actos sólo se consigue estimular la violencia ya crónica a consecuencia de la acción de las bandas criminales. La violencia política sólo conduciría al aislamiento de sus auspiciadores.

Nada conseguirán más allá de alterar la paz. La violencia es un mal camino.

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