¡María! La que no es prestamista…

María Mercedes trabaja en una empresa importadora. Ella devenga un salario de apenas 12,000 mensuales, pero le alcanza para cubrir sus gastos, pues es soltera, estudiante y vive con sus padres. Hace un año, el chofer de la empresa, su amigo José,&#8230

María Mercedes trabaja en una empresa importadora. Ella devenga un salario de apenas 12,000 mensuales, pero le alcanza para cubrir sus gastos, pues es soltera, estudiante y vive con sus padres. Hace un año, el chofer de la empresa, su amigo José, le tomó 2,000 pesos prestados y le dijo que le pagaría 100 pesos quincenal de intereses hasta juntar el monto completo y pagarle su dinero.

María Mercedes aceptó el trato, le prestó el dinero como un favor y no por la oferta de recibir los 100 pesos quincenal, pues ella no es prestamista y además, su único objetivo es que en algún momento José le pague el dinero prestado.

Desde entonces, todas las quincenas, José, muy feliz, le paga de interés 100 pesos quincenal. La condición de muy feliz de José es porque si le tomara esos 2,000 pesos a un prestamista, tendría que pagarle un 20% de interés mensual; pero a María, que no sabe de eso, él sólo le está pagando el equivalente a 10% de interés, es decir, la mitad.

María comenzó a meter los 100 pesos quincenal en una alcancía que tiene en su casa, y al cabo de un año decidió sacar el dinero para ver cuánto había acumulado. Se sorprendió al contar el dinero y darse cuenta de que había juntado 2,400 pesos, mientras que José todavía le debía los 2,000 que ella le prestó hace apenas un año.

Apenada con el chofer, María le dijo que no le pagara los 2,000 pesos, que los tomara como un regalo y que ya no debía darle los 100 pesos quincenales de interés. José se sintió apenado y hasta avergonzado, pues piensa que ella se sintió mal porque él no le ha pagado.

La realidad es que ella siente que José le pagó con creces los 2,000 pesos, pues no sólo saldó ese capital, sino que le dio 400 pesos de más, entre quincena y quincena. Si usted lo analiza verá que esos 400 pesos representan un 20% de interés anual, prácticamente lo que cobraría un banco comercial. Sin embargo, en el mercado informal, los pobres pagan 20 veces eso. La lección es un ejemplo de cuánto pierden los más pobres cuando toman prestado en el sector informal, pues pagan por lo menos 20% de interés mensual. ¡Un abuso!

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