Más allá de los vencidos

Con dosis de perplejidad, vimos la semana pasada cómo las autoridades detectaron un establecimiento que fungía como empresa distribuidora de medicamentos, donde se reciclaban productos vencidos para ser reintroducidos al mercado. De acuerdo con…

Con dosis de perplejidad, vimos la semana pasada cómo las autoridades detectaron un establecimiento que fungía como empresa distribuidora de medicamentos, donde se reciclaban productos vencidos para ser reintroducidos al mercado. De acuerdo con las autoridades, esa práctica venía realizándose desde hace tiempo, lo que sugiere que miles de dominicanos estaban consumiendo basura como fármacos calificados.

Al margen de que la persona detenida como responsable de la acción, el activista reformista José del Carmen Abreu, quien recientemente incluso aspiró a representar a dominicanos como diputado, sea declarado culpable o inocente, estamos ante una situación de extrema gravedad, como ha dicho la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso.

Obsérvese  que entre los productos vencidos hay fórmulas destinadas para  anestesia general, o algunos de uso muy delicado que si son indicados sin que prontamente haya resultados, las consecuencias podrían ser devastadoras.

¿Cómo es posible que seres humanos se dediquen conscientemente a prácticas que pueden provocar daños y probablemente hasta la muerte?

Lo grave es que apenas se ha destapado un caso, pero ¿quién puede negar que otras personas no anden por los mismos caminos? Vale preguntar, ¿saben las autoridades, qué hacen la generalidad de las distribuidoras no muy calificadas con los medicamentos que les llegan vencidos desde las farmacias?
Imaginamos que los mismos son destruidos. ¿Pero eso es supervisado por las autoridades?

No hay que olvidar que en las reglas de comercialización de productos farmacéuticos, cuando están al menos a tres meses de su vencimiento, son recibidos por los representantes de las marcas, por las distribuidoras o los fabricantes que al mismo tiempo los comercializan.

Sin asumir mala fe entre esas empresas, ¿qué garantía tenemos de que organizaciones o elementos inescrupulosos en algún momento no recauden esos productos vencidos y vuelvan al sistema por la vía que se acaba de descubrir?

Estamos ante un hecho que conduce a otros escenarios, como la venta irregular de productos farmacéuticos en colmados, o en mercados no controlados, como en Moca.

Es tiempo de que este mal sea encarado a profundidad.

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