Con el subtítulo de Historia de un Dominicano en Estados Unidos circula desde hace un tiempo el libro Memoria de un Swing Maker, autoría de un versátil compatriota que con la más descarnada sinceridad cuenta sus peripecias en la sociedad norteamericana, tierra de promisión a la que, como muchos ciudadanos criollos, llegó tras múltiples intentos confiado en que allí realizaría todos sus sueños de redención económica, profesional, social y espiritual.
Conocimos a Radhamés durante la recién celebrada IV Feria Internacional del Libro Domínico Hispano de Orlando, Florida, donde su obra fue presentada junto a decena de publicaciones de autores residentes en el país y en la Unión Americana. Antes de que iniciáramos la lectura de sus memorias ya otro dominicano que pone en alto la tierra de Duarte en playas extranjeras, el ingeniero Pablo Colón, nos había comentado favorablemente los escritos de su coterráneo.
Lo que significó para muchos jóvenes dominicanos la música popular norteamericana de los años 50 y 60, con el rock and roll en sus buenas, mezclado con los fenómenos políticos como el fin de la dictadura trujillista, la revolución y posterior intervención militar estadounidense en 1965 culminan en el arribo a la Nueva York donde reinaba el trabajo con vida modesta para los honestos y la riqueza rápida aunque riesgosa para quienes se asimilaban a las diferentes mafias de las drogas.
“Muchos emigramos a este país con la finalidad de alcanzar un desarrollo integral en nuestras vidas; pero todo conlleva un proceso, porque las metas del desarrollo personal no comienzan por arriba, como si se tratara de un pozo; comienzan por abajo, y se logran peldaño a peldaño”, dice un párrafo del libro, síntesis del apasionante recuento.
Figuras dominicanas como Ellis Pérez, Luisito Martí, Johnny Ventura, Fausto Rey, Jesús Sánchez y Ramón Aníbal Ramos, ayudan a recrear una época que merece un estudio especial. Una lectura exquisita.
