El miedo a la libertad

Este año se cumple el 80 aniversario de la publicación de “El miedo a la libertad”, la que para algunos es la obra más importante del humanista Erich Fromm.

Este año se cumple el 80 aniversario de la publicación de “El miedo a la libertad”, la que para algunos es la obra más importante del humanista Erich Fromm.De origen judío, Fromm nació en Alemania a principios de siglo pasado, y ya para los años treinta destacaba como académico e investigador. Su pensamiento evolucionó de un freudo-marxismo con raíces en la Escuela de Frankfurt hasta un humanismo mucho más abierto.

El también autor de “Ética y Psicoanálisis”, “El arte de amar”, “El dogma de Cristo”, “Tener o Ser”, “La revolución de la esperanza” y “El corazón del hombre”, entre muchas otras obras, fue un pensador profundamente preocupado por la situación del hombre moderno.

Fromm era un crítico de la sociedad moderna, que ha convertido a las personas en una mercancía más y ha vaciado de contenido espiritual las relaciones entre las personas.

Al releer “El miedo a la libertad”, pienso que gran parte del análisis que este autor hizo sobre la psicología del nazismo mantiene su vigencia. Y que, incluso, muchas de sus observaciones pueden permitirnos explicar el carácter autoritario de algunos políticos y regímenes de la actualidad. La libertad, esa condición que, entre otras, diferencia a los hombres del resto de los seres vivos, fue, es y seguirá siendo la gran pesadilla de los tiranos, dictadores y populistas.

Pero Fromm creía no solo en la libertad, sino en los frutos maravillosos de la desobediencia. “El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón”, escribió. Y llegó a sostener que el derecho de expresar nuestros pensamientos tiene algún significado tan sólo si somos capaces de tener pensamientos propios.

El humanismo de Fromm influyó en muchos intelectuales y académicos europeos, norteamericanos y latinoamericanos, que se oponían al proyecto colectivista del posteriormente denominado “socialismo real”, así como a la despersonalizante y consumista sociedad capitalista moderna.

Su ideal de una sociedad en la que el hombre pueda realizar todas sus potencialidades, al liberarse no sólo del hambre y el desempleo, sino de las ataduras de la falta de libertad, sigue manteniendo una incólume vigencia.

El humanismo de Fromm apostaba a una sociedad en que la “libertad de” y la “libertad para” fueran reales y no infundieran temor a los que sólo conciben relacionarse con los demás en términos de dominación. Porque solo de esa forma, el hombre y la mujer modernos podrán realizar todas sus potencialidades como seres que, a la vez, son uno, únicos y sociales. Vale la pena seguir intentándolo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas