El mismo dengue

El dengue es una enfermedad tan antigua como la humanidad y aparentemente llegó a territorio americano con el desarrollo de la navegación, desde Asia o desde África. De modo que no es nada nuevo. Y vamos a tener dengue por toda la vida. Ahora mismo&#82

El dengue es una enfermedad tan antigua como la humanidad y aparentemente llegó a territorio americano con el desarrollo de la navegación, desde Asia o desde África. De modo que no es nada nuevo. Y vamos a tener dengue por toda la vida. Ahora mismo media humanidad está expuesta a sufrir una picadura del mosquito transmisor, el Aedes aegypti.

Las causas que permiten la multiplicación del insecto son harto conocidas, lo mismo que los remedios para su disminución. Lo saben las autoridades que deben trabajar para eliminar esos factores que estimulan su propagación, como los alcaldes y las autoridades nacionales responsables de salud colectiva. Pero estas últimas difícilmente puedan hacer mucha cosa si las primeras no se enfocan en lo que ya saben, que es disponer adecuadamente los desperdicios, mejorar los sistemas de drenajes, etcétera.

Esa gente que gobierna sabe todo eso. ¿Hace su tarea?

Ahora bien, lo que no nos explicamos es cómo una enfermedad documentada en sus orígenes y hasta en sus efectos desde antes de que Cristo anduviese sobre la tierra, nuestros médicos no terminan de identificarla con calidad cuando un paciente llega a una sala hospitalaria, pública o privada.

Se supone que el Ministerio de Salud Pública tiene un protocolo que debe ser cumplido a rajatabla cuando un paciente ingresa. En el caso específico del dengue, en lo que tiene que ver con su tipificación, ¿cómo es que confrontándolo año tras año, no se proceda con la rigurosidad debida para que nadie muera?

Y no es que en un país tropical, con todos los problemas de manejo de los desperdicios y de las aguas, a las personas no les piquen los mosquitos. Su persistencia puede ser atenuada si se trabaja en la dirección adecuada, aunque siempre habrá mosquitos.

Lo que no se justifica es que mueran personas por la mala calidad del diagnóstico y especialmente, porque no se cumpla el protocolo.

¡Qué pena que el Ministerio gaste su tiempo datando el manejo de cada víctima mortal del dengue! ¡Qué pena que aún no sepamos manejar una enfermedad que la vamos a tener siempre! 

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