La muerte de Manolo

Uno de los hechos históricos más negativos que ha sufrido la República Dominicana fue el golpe cívico-militar contra el presidente Juan Bosch, en 1963. Se interrumpió el proceso de transición post trujillista que venía desarrollándose sin…

Uno de los hechos históricos más negativos que ha sufrido la República Dominicana fue el golpe cívico-militar contra el presidente Juan Bosch, en 1963. Se interrumpió el proceso de transición post trujillista que venía desarrollándose sin demasiado derramamiento de sangre, se violentó el orden institucional y se frustraron las esperanzas de nuevas generaciones que apostaban a la democracia.

Fue ese golpe de Estado que propició la insurrección de Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y sus compañeros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, y con la misma, el sacrificio de los jóvenes que abogaban por una sociedad fundamentada en la justicia social, la paz y la libertad.

Si bien Tavárez Justo y sus compañeros tenían una visión estratégica más avanzada que las concepciones del Bosch del 63, su permanencia en el gobierno, tal y como concebía la democracia, hubiese sido una garantía de continuidad del proceso político por la vía pacífica. Pero el golpe de Estado condujo a una radicalización que años después llevó a la Revolución de 1965, que enarbolaba el retorno a la constitucionalidad perdida en 1963. Uno de los movimientos armados del siglo pasado fundado en la defensa de la constitucionalidad, lo que no ha sido bien valorado como génesis de la defensa de la institucionalidad moderna.

Por no conocer los detalles de ciertos procesos históricos, el país ha repetido algunos errores. Tavárez Justo murió en circunstancias no esclarecidas. Conocerlas es importante para los dominicanos

El general Ramiro Matos González, a quien se atribuye responsabilidad en las horas finales del héroe de Las Manaclas, está en la obligación moral, histórica y política de decir la verdad de cuanto ocurrió allí. No tiene razón para no acudir a la cita que le ha hecho la justicia ante la acusación que lo compromete con ese hecho.

El crimen no prescribe ni queda jamás impune. Lo mismo debe aplicarse con Francisco Alberto Caamaño, que como Manolo Tavárez fue igual capturado vivo y asesinado.

La memoria histórica dominicana exige el esclarecimiento de los hechos y si ha habido violación a la norma judicial, los culpables deben responder ante la justicia.

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