Normas y límites son necesarios en la democracia

Con frecuencia escuchamos decir a algunos padres, madres y educadores decir que son democráticos, por lo que dejan que los hijos o alumnos tomen sus decisiones y actúen como ellos quieran. Esta actitud muchas veces es de renuncia a una…

Con frecuencia escuchamos decir a algunos padres, madres y educadores decir que son democráticos, por lo que dejan que los hijos o alumnos tomen sus decisiones y actúen como ellos quieran.

Esta actitud muchas veces es de renuncia a una responsabilidad que tienen ante estos menores; otras veces es una mala interpretación de la disciplina, vista solo como castigo o maltrato físico.

Ambas instituciones (Escuela y Familia) deben tener normas y límites. Lo que sí es importante es que sean consensuadas y explicadas, donde se le de participación a todos los involucrados. Así, nos sentimos compromisarios en su cumplimiento. Junto a las normas se deben establecer las sanciones disciplinarias para quienes las violen.

La elaboración y el cumplimiento de estas normas debemos verlas desde las diferentes etapas de los jóvenes.

Los más pequeños generalmente las aceptan y las cumplen sin mayor resistencia; sobre todo para recibir recompensa o evitar castigo. Sin embargo, no tienen la posibilidad de entender las razones por las cuales existen esas normas y porqué deben respetarse.

Con los mayores es necesario negociar y discutir, siempre manteniendo los límites de la autoridad que representan los padres o los educadores.

Mencionamos algunos de los temas que generan más conflictos con los jóvenes:
-Salidas y horas de llegada de actividades recreativas nocturnas.

-Vestuario y apariencia física.
-Violación de intimidad (revisión de sus pertenencias personales por parte de los padres).

-La rapidez y facilidad con que quieren satisfacer sus deseos, generalmente de necesidades creadas por el consumismo.
-Lucha de autoridad y libertad: son adultos para algunas cosas, para otros son niños.

-Forma inadecuada de comunicación, entre otras.
Todos estos son temas pasibles de ponerse de acuerdo con ellos, siempre y cuando sean planteados de una manera adecuada, en privado y con los argumentos correspondientes. Es muy importante que los adultos se pongan de acuerdo y no estén enviando mensajes contradictorios: exigiendo lo que no hacen. l

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