El Nuevo Diario llegó ayer a sus 33 años. Todo un adulto que surgió con marcados bríos para hacer un periodismo crítico, desde una perspectiva que rompiera los esquemas predominantes en los medios de comunicación.
Dos o tres generaciones de periodistas y colaboradores conjugaron esfuerzos en la nueva apuesta para impulsar un contenido noticioso y de opinión que negara las prácticas que entonces se conocían en el periodismo. Era hacer lo que nunca se había hecho en la prensa escrita, desde la perspectiva propia de los periodistas.
El tiempo no le ha quitado las ganas y se esfuerza cada día en mantener ese espíritu de renovación y avance, en un denodado esfuerzo por cuestionar la realidad social, política y económica, pero al mismo tiempo, con iniciativas cotidianas orientadas en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas del país.
Es decir, que El Nuevo Diario, después de tres décadas, sigue con los mismos bríos, manteniendo en alto el espíritu que le dio origen, y al mismo tiempo, enrumbado en los procesos de modernización y digitalización de la prensa actual, bien centrado en el desarrollo en la web, donde se posiciona muy bien.
Persio Maldonado, su presidente-director, y Cosette Bonnelly han asumido con toda determinación y pasión el reto. Los estimulamos a proseguir en el camino, junto a todo el equipo que los acompaña en la tarea de ofertar un producto diario nuevo.
Felicitaciones.
De la chikungunya al polio
Ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo la advertencia global de la prevalencia de la poliomielitis. Aunque República Dominicana está declarada libre del virus, no puede quedarse dormida.
Tampoco basta con que un responsable diga: “Tenemos las vacunas”. Porque ya vimos la pasividad con que fue abordada la chikungunya y también cómo se ha propagado.
Es necesario que se dé un fuerte impulso a una campaña masiva de prevención y reforzamiento para que ningún niño sea víctima de la enfermedad.
Las autoridades de Salud Pública están a tiempo para actuar. Sin excusas.
