Obama, Estados Unidos y Martí

En su histórica visita de dos días a la isla de Cuba, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, honró la memoria del apóstol cubano José Martí, con ofrendas florales y citas en español de sus poemas y de sus luchas…

En su histórica visita de dos días a la isla de Cuba, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, honró la memoria del apóstol cubano José Martí, con ofrendas florales y citas en español de sus poemas y de sus luchas por la libertad.
Y es que la vida de Martí iluminó el siglo XIX americano, múltiples facetas la forman y en todas fue inmenso.

Martí conocía a fondo la historia y cultura norteamericana, allí vivió muchos años y pudo trabajar en su proyecto de liberación cubano y escribir muchas de sus mejores crónicas.

De lo mucho que escribió en (y sobre) los Estados Unidos, por razones de espacio, cito algunos fragmentos de su “Fiestas de la Estatua de la Libertad”, escrito para el periódico La Nación, de Argentina, el 29 de octubre de 1886, con motivo de la inauguración del monumento el 28 de octubre de aquel año. Martí inicia su crónica con un grito que parece salirle de las entrañas, como si clamara por Cuba: “Terrible es, libertad, hablar de ti para el que no te tiene”.

Y luego prosigue: “Los que te tienen, oh libertad, no te conocen. Los que no te tienen no deben hablar de ti, sino conquistarte”.
Y así continúa el poeta con su torrente verbal incontenible: “Pero levántate ¡oh insecto! que toda la ciudad está llena de águilas”. Y se confunde la idea entre la exclamación por la estatua que Francia regaló a los Estados Unidos en memoria de su independencia de Inglaterra, y el profundo deseo de libertad para “su Cuba amada”.
“¡Libertad, es tu hora de llegada! El mundo entero te ha traído hasta estas playas, tirando de tu carro de victoria” (…) “¡Tienes razón, libertad, en revelarte al mundo en un día oscuro, porque aún no puedes estar satisfecha de ti misma!”.

Y prosigue, en su larga crónica, su descripción del momento histórico y comenta la relación entre Washington y Lafayette y el indispensable aporte ideológico y físico francés para la causa independentista norteamericana.
Al presidente norteamericano Cleveland lo describe como de “estilo de médula, acento sincero y voz simpática, clara y robusta. Sugiere más que explica”.
Y ya casi al final, vuelve a exclamar: “¡Tu sombra, pues, oh libertad, convence: y los que te odian o se sirven de ti se postran al mando de tu brazo!”.
No hay dudas de que Martí admiraba la gran nación del norte, pero sin dejar de criticar su entonces incipiente deseo de expansión y dominio. Recordemos la carta que envía a Manuel Mercado desde Dos Ríos, el 18 de mayo de 1895, un día antes de su muerte: “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: -y mi honda es la de David”. Su postura frente a los Estados Unidos podría sintetizarse en su frase: “Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting”.
Hizo bien Obama en homenajear a Martí: ¡grande entre los grandes! l

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