La otra cara de la infidelidad

Existen muchas razones por las que las personas tienen aventuras. Pero generalmente una aventura indica un deseo interno de cambio porque algo no marcha bien.El porcentaje de personas que engañan a sus parejas parece estar en aumento.…

Existen muchas razones por las que las personas tienen aventuras. Pero generalmente una aventura indica un deseo interno de cambio porque algo no marcha bien.

El porcentaje de personas que engañan a sus parejas parece estar en aumento.

En los últimos 20 años, en Estados Unidos el porcentaje ha pasado, entre los hombres, del 20 al 25 por ciento y entre las mujeres del 10 al 15 por ciento.

Entre los más jóvenes, en cambio, estas cifras son diferentes, de manera que entre las personas de 18 a 24 años han sido infieles el 12,9% de las mujeres y el 15,9% de los hombres.

Es muy difícil descubrir la infidelidad femenina, por dos razones; una, que las mujeres suelen mentir con una capacidad y una frialdad sorprendentes, y la segunda tiene que ver con el gran ego del hombre, el macho, que cree que es lo mejor para su mujer y que no hay nadie como él.

Si se logra echar a un lado estos dos obstáculos, los signos para descubrir una infidelidad femenina serían los siguientes: una alegría inmotivada en medio de su rutina, sarcasmo, indiferencia ante el naufragio de la relación, salidas con amigas más frecuentes que lo normal, pérdida del apetito sexual, retrasos constantes en el trabajo y esmero por lucir más atractiva cuando sale a la calle.

En cambio, la infidelidad masculina tiene que ver, en gran parte, estrictamente con el sexo. Criados durante años y generaciones en la cultura de los machos,  guardan en sus cabezas el mensaje social de que mientras más mujeres tiene más hombres son.

Esto lo ha llevado en muchas ocasiones a caer en la infidelidad. Este tipo de infidelidad no es tan riesgosa por parte del que la comete, pues el interés acaba cuando el deseo sexual se ve saciado.

“Contra lo que muchos piensan, no es solo el placer sexual lo que conduce a la infidelidad, pudiera tratarse de un conjunto de factores que dependen de cada persona y de cada situación y, por lo tanto, es muy difícil definir qué conlleva a la infidelidad en las parejas”, comenta  la sicóloga Johanna Pimentel, del centro de Salud Rega Mental.

Pero ¿qué sucede cuando la pareja es infiel con alguien de su mismo sexo? De acuerdo con Pimentel estos son casos muy frecuentes en las consultas psicológicas, pero el concepto es diferente, pues  aunque  el engañado se siente desarmado frente a la novedad, admite que el tercero no es un rival con el que se puede competir con las mismas armas… es otro universo.

En este caso, al dolor de la traición hay que sumar la perplejidad y el replanteo de la relación de pareja entera. ¿Cómo es que te sientes atraído por alguien del mismo sexo si eres mi pareja? ¿hice yo algo mal para que esto  sucediera? ¿es mi pareja bisexual, homosexual? ¿quién es mi pareja?
Cuando es la mujer que busca a otra
 Según Pimentel, muchas de las mujeres que deciden iniciar una relación amorosa con otra mujer, toman la decisión, no sólo por el componente sexual.

Ellas afirman sentirse amadas y bien tratadas por sus compañeras, mencionan aspectos que en relaciones heterosexuales a menudo suelen estar descuidadas. Por ejemplo, el diálogo con la proximidad corporal en los momentos íntimos y valoran como muy intensa la sensualidad y sexualidad de sus encuentros amatorios.

“En los casos en que la mujer decide ser infiel con alguien de su mismo sexo, provoca en el hombre sentimientos ambiguos. Él se siente avergonzado, traicionado, pero, a la vez, pudiera aceptarlo poniendo como condición participar de los encuentros sexuales de ambas, una de las fantasías más comunes de los hombres.

Sin embargo, hay otros casos, en los que este tipo de infidelidad no es aceptada por el hombre ya que no concibe la idea de que su mujer ha sido atraída por otra mujer, dejando en él un sentimiento de angustia, dolor, frustración y de devaluación viril.  En estos casos, los hombres engañados son los que se acercan a la consulta, tratando de que se exorcice a su pareja, para que abandone sus nuevos hábitos y vuelva a ser como  antes.

Si es el hombre
Cuando es el hombre quien decide ser infiel con alguien de su mismo sexo, el escenario es distinto, ya que socialmente el hombre se percibe como el macho y el proveedor, tanto emocional como económicamente. Distinto al caso anterior, las relaciones sexuales entre dos hombres carecen de atractivo erótico para la mayoría de las mujeres.

Sin embargo, en algunos casos estas relaciones son permitidas, incluso se permiten las visitas de sus parejas homosexuales a sus viviendas, bien sea por miedo al abandono, pérdida de status y la inseguridad de iniciar una nueva vida.

“Yo tenía un problema grave. No tenía deseos sexuales por mi esposa. Para tener sexo con ella pensaba en hombres. Siempre que sucedía esto, me sentía terrible, sucio, adúltero.

Tenía miedo de pecar contra ella en mi mente.
Trataba de vivir como un esposo normal, heterosexual. Pedí a Dios ayuda diaria, para la liberación, para la fidelidad. Yo suprimía mis deseos hacia otros hombres. Los deseos se levantaron en mí sin mi control. Después de 5 años de matrimonio, en una lucha constante por ser normal, nos separamos, y dos años más tarde, estábamos divorciados”.

Este es el testimonio de una infidelidad entre dos hombres, la pareja visitó la consulta para hacer de su divorcio un evento menos traumático que su causa, explicó Johanna Pimentel.

Pese a la situación anómala, algunas parejas deciden permanecer juntas el resto de su vida, aún cuando la homo o bisexualidad del marido sea conocida por la mujer. Ella puede sentir temor sobre qué pasará cuando los demás sepan. Así se acepta la doble vida, en forma explícita, como un acuerdo, porque las consecuencias sociales son muy fuertes.

Sentimientos que atormentan

La persona engañada experimenta sentimientos muy negativos; es común que sufra de depresión, ansiedad y otras alteraciones psicológicas. 

Un síntoma frecuente en estos casos de infidelidad con el mismo sexo es “la belle indiference” o la bella indiferencia,  que sucede cuando la persona se hace indiferente ante las señales de que su pareja le está siendo infiel con una persona del mismo sexo, como una forma de que sus emociones no entren en conflicto. Sentirse víctima de una traición es otro sentimiento que aflora en estos casos, ya que se descubre que la persona que se tiene al lado no es quien se creía. 

A diferencia de una infidelidad con otra mujer, el que sea con otro hombre, implica “mirarlo con ojos nuevos, sentir que no se ha conocido realmente a la persona que se tenía al lado, que éste ocultó toda una parte de su vida que lo muestra como un completo desconocido”.

“No obstante, más allá de la orientación sexual de la aventura, considero que lo verdaderamente importante es analizar qué factores conllevan a la infidelidad, ya que la misma en el fondo, siempre esconde importantes insatisfacciones  a lo  interno de la pareja o en las personas mismas que, más tarde o más temprano, pueden hacer que la relación termine”, comenta Pimentel.

La intervención de un profesional de la salud mental, ya sea un sicólogo o un  psiquiatra, permitirá identificar los problemas que se generaron en torno de la infidelidad y trabajar con ellos  para encontrar los indicadores que permiten prevenir cualquier otra situación de este tipo. De esta manera la pareja se preparará para identificar sus problemas y prevenirlos.

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