Allá, en los tiempos de los bigotes largos, la gran promesa electoral era hacer carreteras para acortar distancias. Luego, en los de la levita y el bombín, la mejor oferta era vivienda y empleo. Luego, un tirano emplumado ofrecería todo eso y más, no a cambio de votos, sino de incondicionalidad. Luego, en los años de las mangas cortas, se ofrecía justicia social y cero apagones. El sistema se ha degenerado demasiado y estamos jodidos, pues hoy la mejor promesa electorera, pavorosa, en gran parte deriva de todo lo que no se ha cumplido: a ver qué hacer para que un delincuente, si tienes suerte, no te mate.
Pavorosa promesa
Allá, en los tiempos de los bigotes largos, la gran promesa electoral era hacer carreteras para acortar distancias. Luego, en los de la levita y el bombín, la mejor oferta era vivienda y empleo. Luego, un tirano emplumado ofrecería todo eso y más,R