Mi gran y mejor amigo Alfredo Pacheco recibió en su casa de Cristo Rey a David Collado, Eduardo Sanz Lovatón y otros dirigentes perredeístas que fueron a visitarle en son de trabajar por la unidad del partido blanco pensando en las elecciones de 2016, específicamente en cuanto tiene que ver con los puestos electivos que estarán en juego en la demarcación del Distrito Nacional. A decir verdad, me contó uno de los presentes, allí se pusieron las cartas sobre la mesa para que se juegue con reglas claras, a sabiendas de que una confrontación a capa y espada por las candidaturas del PRD en la capital traería más daños que beneficios a esa organización. Pacheco y Collado han expresado su deseo de buscar la alcaldía de la capital, pero están claros en que más que disputarse la candidatura deben trabajar para ganar las elecciones, y saben que el rival a la vista, de nuevo Roberto Salcedo, no es un hueso fácil de roer. Por eso, ambos dirigentes perredeístas estuvieron contestes en arribar a un acuerdo para unir fuerzas y procurar el triunfo de su organización antes que satisfacer orgullos y egos. La decisión acusa madurez y en breve, se conocerán los términos del pacto en que ambos se comprometen. Esperemos…
Ciclón batatero
Sin confirmación, pero sustentado en rumores de mucha profusión, se dice en el ambiente político que por la Cancillería pasó lo que puede calificarse ciertamente como “un ciclón batatero”, que se habría llevado de paso a varias figuras de importancia en la línea de mando en ese Ministerio, de incuestionable cercanía con el canciller, Carlos Morales Troncoso, de quien hay la versión de que supuestamente habría enviado su dimisión al Presidente de la República. Todo está aún en el marco de la especulación, porque nadie ha validado oficialmente esa información, y quienes pudieran hacerlo se han tornado ilocalizables en las últimas horas. Se dice que la hecatombe habría llegado allí tras una visita del contralor general de la República. Mantengo las antenas en radar para edificar a mis lectores…
