Periodismo, ética y la ACD

No tenía la intención de escribir sobre el presente tema, pero al leer un artículo escrito por el colega y buen amigo Bienvenido Carmona, mis neuronas se activaron… y me motivé a rebatir el contenido del artículo de marras que se refiere a…

No tenía la intención de escribir sobre el presente tema, pero al leer un artículo escrito por el colega y buen amigo Bienvenido Carmona, mis neuronas se activaron… y me motivé a rebatir el contenido del artículo de marras que se refiere a los premios que cada año otorga la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD) para reconocer el trabajo de sus miembros.

Expreso públicamente lo que otros dicen en privado, a escondidas. Porque hay que tener valor para desenmascarar a los farsantes. ¿A quiénes debemos calificar de farsantes? A los que actúan por hipocresía, demagogia y diplomacia. Dicen lo que realmente no sienten.

Farsante es quien -literalmente- se pone un disfraz en su cara para esconder su verdadero rostro.

Pero para ilustrar a los lectores, y a los propios farsantes que no tienen las agallas de expresar de frente lo que dicen a escondidas, les explico el significado del vocablo farsa, según la Real Academia de la Lengua Española: “es una pieza cómica, por lo general bastante breve, cuyo único objetivo es hacer reír a los espectadores. En la antigüedad, se utilizaba el término para referirse a todo tipo de comedia”.

Carmona, quien forma parte de la comisión que tiene la misión de nominar a los periodistas, comentaristas y cronistas para tener derecho a ser galardonados, escribe, y lo hace para criticar a quienes, según él, se ofendieron por alegadamente no recibir premios, que “ los nominados eran 65, pero sólo ganarían 15, un gran dolor para el jurado, porque hay algunos que se amargan, hieren amistades y hasta hacen llamadas ofensivas…y todo por el orgullo y algunos por temor a lo que dirán sus jefes al ver que perdieron”.

Señor Carmona, -y me doy por aludido- usted se divorcia de la verdad cuando llama “amargados” a los cronistas que no fueron premiados. Ni siquiera nominados.

Le recuerdo que los trofeos o estatuillas que he ganado, en las premiaciones de la ACD y en otras instituciones (en la ACD he sido premiado siete veces, en diferentes renglones), han sido producto de mi trabajo profesional…¡no fueron regalos por influencia o amiguismo!

Seguiré en la segunda entrega.

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