Piloto francés dice Justicia de RD no investiga

París. Conocido como “Air Cocaína”, el escándalo desatado en marzo de 2013 tras la incautación en la República Dominicana de 700 kilos de droga en un jet privado ha tomado un nuevo rumbo con la huida de ese país de los dos pilotos franceses,&#82

París. Conocido como “Air Cocaína”, el escándalo desatado en marzo de 2013 tras la incautación en la República Dominicana de 700 kilos de droga en un jet privado ha tomado un nuevo rumbo con la huida de ese país de los dos pilotos franceses, condenados por narcotráfico.Pascal Fauret y Bruno Odos, de 55 y 56 años, fueron arrestados entonces junto a otros dos franceses en el aeropuerto de Punta Cana, cuando se disponían a despegar rumbo a Saint-Tropez (Costa Azul) en un Falcon propiedad del empresario de óptica Alain Afflelou en el que las autoridades dominicanas hallaron la droga, valorada en 30 millones de euros.

Recelosos de la imparcialidad de la justicia dominicana y de un proceso que según ellos estuvo trufado de incongruencias, su huida, que los protagonistas rechazan calificar de fuga, comenzó a tramarse el pasado agosto, cuando se dictó condena en primera instancia, 20 años de cárcel por tráfico de drogas.
Tras quince meses bajo arresto domiciliario, los cuatro franceses estaban en libertad a la espera de que el caso fuera examinado en apelación, pero tenían prohibido abandonar el país. En su primera comparecencia ante la prensa desde que se conociera su llegada a Francia, acompañado por su abogado y su mujer, Fauret insistió en que el “reflejo” de volver a casa estuvo motivado por “una justicia que no investiga, que no escucha, que condena a veinte años por el único motivo de ser francés”.

Se abstuvo de ofrecer el relato detallado de su periplo para no delatar al resto de personas implicadas, entre quienes habría un comando de antiguos compañeros militares. Las autoridades francesas, para desmarcarse de toda vinculación política, han asegurado que “su decisión es un acto individual en la que el Estado no está implicado”. “Tuvieron la oportunidad de salir de ese infierno e hicieron bien”, subrayó en París uno de sus abogados, Eric Dupond-Moretti, para quien esa evasión no constituye una infracción en Francia y, por lo tanto, “no es necesario emitir ningún tipo de mandato (de arresto)”. Sus clientes, aseguró, no están fugados, sino a disposición de que la justicia francesa los convoque a declarar.

Y aunque el Ejecutivo evita pronunciarse, la huida tiene una vertiente política, pues el eurodiputado del ultraderechista Frente Nacional Aymeric Chauprade pudo haber participado en el plan, según los medios franceses. Y por si al caso le faltara algo, salpicó también de refilón al expresidente y líder conservador Nicolas Sarkozy, quien, según se conoció por la prensa, había viajado en ese mismo jet tres veces entre 2012 y 2013 a Catar, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos. La justicia investiga ahora si Sarkozy pagó por esos vuelos a una empresa de su amigo Stéphane Courbit, Lov Group, a la que fueron facturados dichos viajes.

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