Pocos trombonistas para suplir demandas de orquestas

El maestro Víctor Waill ha llamado la atención sobre la necesidad de músicos para suplir un mercado artístico dominicano que se ha dinamizado en los últimos años con el surgimiento de varias agrupaciones, especialmente del género salsa.

El maestro Víctor Waill ha llamado la atención sobre la necesidad de músicos para suplir un mercado artístico dominicano que se ha dinamizado en los últimos años con el surgimiento de varias agrupaciones, especialmente del género salsa. Sin duda, uno de los instrumentistas que ha ido reduciendo más su presencia en las orquestas es el saxofonista. “La cantidad que hay no da para suplir la demanda del mercado. En cuanto a la salsa, el trombón juega un papel importante, porque este instrumento es para este género tropical como lo es el saxofón para el merengue”, manifestó Víctor.

“Hay que sumar más músicos, hay que abrir academias, reactivar la industria como sucedía en los 80 y los 90 que en los pueblos había buenas escuelas y bandas. El día que se junten cuatro agrupaciones de salsa y merengue para tocar bailes por separado, en ese momento hay problema, porque la cantidad de trombonistas no da para suplir la demanda del mercado”, agregó.

Una de las grandes figuras del ritmo de la güira y la tambora como el maestro Dionis Fernández, también resaltó la precaria presencia de trombonistas dominicanos. “Actualmente no llegan a siete los buenos músicos de este instrumento. Eso ha motivado al desuso entre las orquestas”, sentenció Fernández.

Entre los más respetados trombonistas del país se destaca el director de la orquesta de Fernando Villalona, Martín Villalona. El veterano artista coincidió con la opinión de Dioni y dijo que los pocos trombonistas activos del país están más comprometidos con los salseros del momento.

“Hay algunas orquestas de merengue que los están utilizando como Eddy Herrera, Omega “El Fuerte” y Miriam Cruz”, indicó Martín, quien acumula más de dos décadas dirigiendo la banda de “El Mayimbe”.

Para bajar gastos

La industria musical de República Dominicana también cuenta con otras figuras que continúan dejando huellas en la ejecución del trombón como Joan Minaya. Este destacado arreglista, productor y director también ha sido trombonista de Juan Luis Guerra y 4-40, los maestros Félix del Rosario, Rafael Solano y Jorge Taveras, y de las orquestas del merenguero Cherito y del salsero Sexappeal, por mencionar solo algunas en su larga trayectoria.

“Hacia 1975-76 ingresé al Conservatorio Nacional de Música, junto con Ramón Orlando, Eugenio Vanderhorst… y me gradué en las áreas de solfeo, composición y armonía”, recordó recientemente el músico de 51 años, quien aprendió a tocar primero el clarinete y el bombardino antes de comenzar su exitosa relación con el trombón.

En la trombonística actual las orquestas se reparten también talentos como José Flete, Virgilio Almonte (Gego), Silvio Trinidad, Patricio “Cibaeño”, Apolinar (músico de la Orquesta Sinfónica Nacional) y el sancristobalense Eduardo.

“Esas son las caras que mayormente el público va a ver siempre en las orquestas, músicos de mucha calidad, pero sin duda hacen falta más talentos de escuela”, insistió Víctor Waill.

Para los entendidos, este instrumento  es muy delicado, ya que si no se ejecuta bien hace contraste con la trompeta y con los saxofones. “Un mal trombón te daña una cuerda completa, y un buen trombonista te pone a sonar una banda grande”, indicó el “Mejor arreglista” de los Premios Soberano, responsable en gran parte del éxito de los salseros.

El intérprete de “Un poco más”, “Si me hubieran dicho” y “Soy algo fácil de olvidar” no descarta la idea de que muchas orquestas de merengue no usan hoy en día el trombonistas para reducir gastos entre los músicos.

Entre lo clásico y lo popular

De acuerdo a sus orígenes, el trombón se ideó a partir de la barra hueca y los cuernos de los animales. Sin embargo, en el 3000 a. C., cuando el hombre descubre los metales, es que empieza ya a hacerse instrumentos musicales. Se ha demostrado que los chinos, los asirios y los babilonios ya tenían instrumentos de metal con forma de trompetas rectas con embocadura. El auge moderno del trombón en la orquesta empieza a partir de 1767 con la ópera de Christoph Willibald Gluck, Alceste. En el siglo XVIII se escribieron los primeros conciertos para trombón. Durante el siglo XIX el trombón entró a formar parte de las orquestas sinfónicas, y se podría afirmar que el renacimiento del trombón comenzó en los Estados Unidos a comienzos del siglo XX. El trombonista de jazz Jack Teagarden y el súper-virtuoso Arthur Pryor, cada uno en su tipo de música, llevaron el trombón a unos límites antes no imaginados.

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