El llamado a la reflexión hecho de forma conjunta por dignatarios de la Iglesia católica y de la Conferencia Dominicana de Unidad Evangélica, de común acuerdo con el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez, debe ser objeto de profunda atención por parte de nuestros partidos.
El punto nodal gira sobre la necesidad de que la dirigencia política use su autoridad y liderazgo para impedir que militantes y activistas acudan a las manifestaciones con armas de fuego o ingiriendo bebidas alcohólicas.
Apremian desde la mínima a la mayor diligencia precautoria, para evitar a toda costa que haya más muertos o lesionados en los días que faltan para el término de la campaña electoral. La cordura debe imponerse.
