Por la salud colectiva

El estado de la salud pública en el país no deja de ser preocupante, aunque ayer recibimos una noticia alentadora, y es la aproximación a un acuerdo con el Colegio Médico Dominicano y los demás gremios del sector, que conlleva el compromiso de…

El estado de la salud pública en el país no deja de ser preocupante, aunque ayer recibimos una noticia alentadora, y es la aproximación a un acuerdo con el Colegio Médico Dominicano y los demás gremios del sector, que conlleva el compromiso de no convocar paros y huelgas en los hospitales.

Aunque en el marco de lo consensuado no aparecen los problemas que afrontan los dominicanos en materia de salud colectiva, sino los factores que condujeron al pacto, en atención a concesiones del gobierno a esos servidores, hay que resaltar que la paz y la armonía ayudarán a encarar los problemas de salud.

La semana pasada, las autoridades exhortaron a la población en general afectada por gripe común, a limitar la concurrencia a los centros de trabajo. Lo mismo se recomendó a los estudiantes, ante la presencia del virus AH1N1, lo que al margen de los factores objetivos, alimenta la sensación de miedo, ante la recurrente aparición de procesos virales desde mayo pasado.

Ayer nomás vimos una inquietante revelación de la Sociedad Dominicana de Patología de que se ha detectado una extraña enfermedad. El patólogo Laureano Ortega dice que la nueva patología es la Hiperplasia de Células Neuroendocrinas del Estómago, que provoca gastritis, úlcera, pólipo y cáncer. Según esta afirmación, la frecuencia con que aparece este mal es muy alta, según datos de un estudio realizado en los últimos nueve meses.

Ya venimos confrontando el cólera, se ha reactivado el AH1N1, lo mismo que el endémico dengue, y las asociadas, que se multiplican en la temporada ciclónica.  Esas enfermedades afectan y mortifican a los dominicanos, deberían ser fuentes de preocupación para quienes tienen a cargo la atención sanitaria.
Quiera Dios que la paz decretada por los médicos redunde en una mejoría en las políticas de salud colectiva, que dejan mucho que desear y generan la sensación de que los dominicanos no tienen dolientes.

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