PetroCaribe es una alianza que realizó el gobierno venezolano en el año 2005, encabezado por el fenecido Hugo Chávez, para que República Dominicana y otros 18 países de la región adquieran petróleo venezolano en condiciones de pago preferenciales, sin intermediarios, en un lapso de 25 años.
Específicamente, nuestro país recibe 50,000 barriles diarios que ha pagado de manera combinada con dinero y con productos locales como habichuelas. Y de acuerdo a los datos ofrecidos por el Ministerio de Estado de Hacienda, la deuda dominicana con Venezuela únicamente por PetroCaribe es de 3,400 millones de dólares, siendo la mayor deuda bilateral que mantiene hoy el Estado.
Cuando la delegación dominicana visitó Venezuela para las exequias del presidente Hugo Chávez, no fue capricho que una de las primeras preguntas que hizo al gobierno fue si PetroCaribe se garantizaría. Sin desmedro de las declaraciones dadas por el embajador venezolano en el país, Alberto Castellar Padilla, de que los acuerdos de suministro de combustible a través de PetroCaribe se mantendrán tal cual en un gobierno de Nicolás Maduro, no desaparece del todo la preocupación sobre lo que podría pasar ante este panorama de relativa incertidumbre y profunda crisis económica que presenta actualmente Venezuela.
El mismo acuerdo cuenta con un “comodín” que serviría de asidero legal para posibles modificaciones o incluso suspensiones, ya que claramente el artículo 9 abre esa posibilidad cuando “el interés del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela así lo exija”. Como Maduro es chavista, pero no es Chávez, aún está por verse si podría mantener el liderazgo regional necesario para que este acuerdo, que claramente respondía a una estrategia de posicionamiento para el proyecto geopolítico del anterior presidente, sea políticamente sostenible.
La inflación en Venezuela está en 22% y el dólar está escaso para las importaciones, así como escasos están muchos bienes básicos. Cuando el déficit presupuestario venezolano comience a presionar a Nicolás Maduro él tendrá que tomar decisiones difíciles, y no es descabellado pensar que por donde primero corte la soga sea en las ayudas al extranjero.
El tema es de crucial interés para los dominicanos, ya que por lo que PetroCaribe representa porcentualmente en financiamiento del déficit de la cuenta corriente, subsidio eléctrico y financiamiento externo total, entre otras cosas, sería catastrófico para el país que el acuerdo no pueda ser respetado, lo que afectaría incluso el mercado cambiario.
El Gobierno dominicano debe esperar y exigir lo mejor, pero comenzando a prepararse para el peor escenario.
