Luego de indignarse y mencionar hasta el mismo Satanás un juez impuso ayer un año de prisión preventiva a uno de los implicados en el atentado a la ingeniera Francina Hungría. El juez José Alejandro Vargas, de la Oficina de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional, ordenó la reclusión de Melvin Pérez (a) Braulio en la cárcel del 15 de Azua.
Si el magistrado estaba irritado con la situación, más impaciente se mostró la representante del Ministerio Público, cuando el abogado de Melvin expresó en sus alegatos “¿Por qué no se realizó una rueda de detenidos y que la víctima (que quedó parcialmente ciega), identificara a los agresores?”.
A la fiscal se le notaba en el tono de voz lo molesta que se sintió con el comentario, en tanto, el juez en tono sereno y serio al dar su veredicto dijo: “Hay que buscar la manera de que las personas no salgan tan fácil de prisión”.
Acusado se desliga del caso
Durante la audiencia, el imputado, a quien según la Fiscalía se le ocupó la pistola con la que le dispararon en el rostro a la ingeniera de 28 años, manifestó que él no conocía a los implicados en el proceso y que no tenía armas cuando lo apresaron.
Para la barra acusadora el arma con que se agredió a la joven era un arma “sucia”, con la que se pudo cometer otros crímenes y que el imputado, en alguna forma, se dedicaba a alquilarla o prestarla para actos delictivos.
El juez refirió que, por ejemplo, si esa arma no se utilizó en otro atraco, o no fue robada a otra persona, ¿qué busca usted (Melvin) con una pistola ilegal?, ¿qué cuida usted?, le preguntó con firmeza.
El magistrado dispuso que la medida de coerción sea revisada el próximo 28 de febrero en el Cuarto Juzgado de la Instrucción del Distrito. Los demás implicados en el caso ya fueron enviados a prisión preventiva.
Familiar pide castigo para los culpables
Nelson Hungría, uno de los parientes, pidió que caiga todo el peso de la ley contra los implicados en este hecho que ha dejado consternada a su familia y a toda la sociedad. El atentado contra Francina ocurrió en noviembre pasado cuando desaprensivos le dispararon para quitarle su yipeta. Los delincuentes buscaban cómo escapar luego de un robo que acababan de cometer.
