La producción de habichuela en la última década ha tenido un comportamiento inestable, a pesar de tratarse de un rubro que junto al arroz y el pollo forma la denominada “bandera dominicana”, cuando de alimentación se trata.
Para citar un ejemplo, el pasado año, de habichuela roja se produjo una cantidad inferior a la cultivada en el 2000, a pesar de que ahora el país tiene más habitantes. En el año 2000 de habichuela roja se recolectaron 382,259 quintales y en el 2010 la cantidad fue de 355 mil (27 mil quintales menos), según datos de la Asociación de Productores de Leguminosa del Valle de San Juan de la Maguana.
José Luis González, es una figura conocida entre los habichueleros del “granero del Sur”. De acuerdo a su experiencia las subidas y bajadas en la cantidad de leguminosa recogida en el país obedecen a que mucha gente está desencantada con la actividad.
“Puedo decirte que en el valle de San Juan antes se sembraban 250 mil tareas en la etapa de invierno (noviembre-febrero). En estos momentos se está sembrando apenas el 40%”, sostiene González.
“Puedo decirte que aquí quizás sembremos entre 75 y 100 mil tareas, debido a que la rentabilidad que tenemos es baja y los altos costos de los insumos y los combustibles nos ahogan”, plantea el productor, dejando al descubierto que por San Juan “las cosas no andan del todo bien”. Los carburantes que refiere González se usan en las maquinas que rotulan los terrenos y e irrigan los suelos.
La inestabilidad en la producción de leguminosa puede ejemplificarse con los siguientes números. De habichuela roja en el 2007 se produjeron 442,949 quintales, pero luego en el 2008 la cantidad bajó a 356,049. En el 2009 de los terrenos dominicanos se recolectaron 469,485 quintales, para bajar en el 2010 a 355,000.
De habichuela blancas en el 2007 se cultivaron 179,832 quintales y en el 2008 un total de 108,647 quintales. Luego, en el 2009 la cantidad subió a 199,849, para bajar a 175 mil quintales el año siguiente. De habichuelas negras en el 2007 se recolectaron 6,151 quintales en el 2008 la producción cayó a 3,931, en el 2009 subió a 5,345 y en el 2010 bajó a 5,000 quintales.
La habichuela (en sus tres tipos) tiene una participación del 3.5 por ciento en el costo de la canasta familiar agropecuaria.
En los últimos diez años si bien ha habido inestabilidad en la producción, no ha sido así en los costos de producción y los precios.
En ambos casos los aumentos han sido constantes. Diez años atrás producir una tarea de habichuela costaba dos mil pesos, mientras en el 2010 se elevó a entre RD$4,500 y RD$5,000, de acuerdo a informaciones de los propios productores. La libra de habichuela roja se cotiza entre RD$42.00 y RD$45.00 en los colmados. En el 2000 costaba entre 20 y 23 pesos.
Las estadísticas obtenidas del Ministerio de Agricultura indican que la región Suroeste concentra más del 65.1 por ciento de la superficie total sembrada del cultivo de habichuela en la República Dominicana.
Se esperaba más con Petrocaribe
El programa que implementan República Dominicana y Venezuela, para que la primera pague parte de la deuda acumulada a través de Petrocaribe (por el cual Venezuela vende petróleo a RD) es bien acogida por los productores, pero entienden que no ha sido asumido con la seriedad que amerita.
Es que se esperaba que ese mecanismo contribuyera a elevar la producción de caraotas o habichuelas negras, desde que se anunció la iniciativa en el 2009. “Eso ha sido posible porque pocas veces están a tiempo los recursos y además han puesto al Banco de Reservas como la institución intermediaria y para esa entidad los productores casi nunca reúnen los requisitos”, dijo José Luis González.
El compromiso que existe es de producir 10 mil toneladas métricas de caraotas, pero la falta de financiamiento hace difícil alcanzar esa cifra, según los productores.
El Banco Agrícola ha financiado desde el mes de agosto del 2004 a la fecha RD$874 millones para el cultivo y comercialización de habichuela. En sentido general, el banco, según su administrador, Paíno Abreu Collado, ha desembolsado la suma de 42,949.7 millones de pesos durante los siete años. Ese dinero ha ido a la producción de diversos rubros.
Señaló que los financiamientos en ese período permitieron cubrir una superficie de 8 millones 496 mil 196 tareas para cultivos alimenticios diversos.
